Unos 5,000 árboles nativos fueron sembrados en el área sur de Puerto Rico en busca de contrarrestar los efectos del calentamiento global y el cambio climático.

Para la actividad, la organización sin fines de lucro Distrito Caribe de Conservación de Suelos y Agua contó con la asistencia de voluntarios de diferentes pueblos del País.

“Los árboles ofrecen múltiples beneficios, por ejemplo, purifican el aire, reducen la erosión del suelo, proveen hábitat para animales, dan sombra y ayudan a reducir la temperatura. Además, pueden evitar sequías porque los árboles transpiran el agua del suelo convirtiéndola luego en lluvia y pueden evitar inundaciones porque permiten la infiltración, almacenamiento y movimiento del agua en el suelo, alimentando, además, los acuíferos subterráneos, ríos y quebradas”, informó Marcos D. Saliceti, en declaraciones escritas a la prensa.

Una de las voluntarias fue Raquél Rodríguez, maestra del pueblo de Coamo, quien participó de las siembras junto a su compañera maestra Glenda Hernández.

“Creemos en el medio ambiente, creemos que los árboles son vida”, reflexionó.

También, participaron cinco integrantes de la familia Torres Gutiérrez, quienes se expresaron satisfechos con la actividad.

“Después de estar tanto tiempo encerrados, este tipo de actividades son necesarias, colaborando con el planeta tierra y la naturaleza”, mencionaron.

Entre las diferentes siembras llegaron más de 30 voluntarios de distintas edades.

Todas estas actividades fueron posibles gracias a una subvención del Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América.