Sin manos para recogerlo: Nuestro café se queda en los árboles
Se barajean alternativas que alivien a los caficultores y que no se pierda la cosecha.

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No hay quien recoja café en las montañas boricuas.
Pero este problema no es diferente al panorama que atraviesan otras fincas agrícolas en Puerto Rico, la industria de la construcción u otros comercios, según coincidieron el director ejecutivo de la organización Productores de Café de Puerto Rico (Procafé), Carlos Javier Acosta, y el secretario del Departamento de Agricultura, Josué Rivera Castro.
“Hace falta manos para el campo, hace falta manos para los restaurantes, para las tiendas, para los comercios. Es un reto que tenemos como economía, cómo insertamos más personas a poder trabajar”, afirmó el secretario de Agricultura.
Han sido muchos los factores que han perjudicado a los caficultores en esta temporada de cosecha de café, que inició en agosto y terminaría en febrero. La pérdida de árboles que causó el huracán María y su secuela de migración, donde mucha gente huyó de los campos devastados, fue la que más resonó entre los expertos.
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“Tú tienes dos estilos de fincas. Tienes las fincas pequeñas y tienes las fincas grandes. En las fincas pequeñas, por ejemplo, la mayoría las atiende la misma familia dueños de la finca. Usualmente, son de cinco cuerdas o menos. Generalmente, es un modelo donde las pueden atender ellos mismos. Entonces, tienes fincas bien grandes, fincas de 500 cuerdas. Son muchas menos (necesarias para gestionarlas), pero tenemos algunos socios. Estos traen mano de obra de migrantes. Los H2-A, como los llaman, que son personas de Guatemala, de El Salvador, hay algunos que vienen de Colombia. Vienen para la época de cosecha y no solamente recogen café, sino que ponen las fincas al día. Creo que ya hay más de 700 de ellos en esta temporada”, sostuvo Acosta.

Esto deja a los caficultores medianos, que suelen tener como 20 cuerdas de terreno sembradas, sumidos en el problema de la falta de mano de obra, subrayó.
Ni el secretario de Agricultura ni Acosta pudieron precisar cuántos trabajadores necesita la industria. Tampoco se aventuraron a establecer el impacto que la falta de mano de obra pudiese tener en la cosecha.
El director de Procafé mencionó que para esta cosecha se estimaba una producción de 80,000 quintales de café. Expuso que habría que esperar que culmine la temporada en febrero para conocer cuánto menos se produjo.
No obstante, Rivera Castro señaló que este estimado de 80,000 quintales de producción no es uno cierto, aunque esta sea la cifra “asegurada”.
“Se recoge, según los datos del Departamento, de 34,000 a 30,000 quintales. Se consumen sobre 240,000 quintales de café. Sobre 200,000 de esos quintales son importados. Los importa la Administración del Desarrollo de Empresas Agropecuarias (ADEA) y eso se viene haciendo hace muchos años. Esto no es nuevo. Esto de (la escasez de) mano de obra del café se viene hablando hace 10, 15, a 20 años”, manifestó.
Unirse para prevalecer
Las alternativas que promulgaron para resolver el problema son similares.
En Procafé, se evalúa la unificación de fincas para que logren contratar extranjeros que vengan a Puerto Rico sólo durante la temporada alta.

Acosta dijo que ya tres fincas se han unido para contratar a dos migrantes, que trabajarían turnos en cada una de estas. Comentó que, en este junte, un caficultor pagará el alojamiento, otro paga los gastos de transportación y el otro la alimentación, que son parte de los requisitos de este programa de visado H2-A.
“Lo estamos trabajando como un posible programa, que es juntar a grupitos pequeños de agricultores, dos o tres fincas, que se pongan de acuerdo y entre esas tres fincas traigan uno o dos obreros migrantes. No tiene que ser una escala como las grandotas, que traen 15 obreros, si no ese mismo modelo de mano de obra migrante a una escala más pequeña. Entre nuestros socios, pues es posible que podamos encontrar suficientes de ellos (caficultores) que puedan ponerse de acuerdo”, comentó.
Señaló que Procafé también considera la contratación de un abogado que ayude en el papeleo que se tiene que someter para solicitar trabajadores migrantes.
Por su parte, el secretario de Agricultura dijo que este programa no ha tenido percances con las nuevas políticas migratorias del presidente Donald Trump.
Según información provista por el Departamento, los trabajadores bajo el visado H2-A laboran en cosechas de frutos tales como: café, guineo, plátano, mango, ñame, piña, lulo y vegetales, entre otros. Son procedentes de Nicaragua, Costa Rica, Honduras, Colombia, República Dominicana, El Salvador y Guatemala.
El Departamento del Trabajo recibió en febrero 60 solicitudes para un total de 781 trabajadores. Hasta la fecha, han llegado a Puerto Rico 496 de estos empleados de temporada y se espera la llegada de otros 284.
Rivera Castro señaló que estos migrantes que llegan a trabajar en el café son expertos y no tienen que ser adiestrados.
Mencionó que esta contratación de migrantes “tiene un costo adicional para el agricultor, porque representa que tiene que pagar el mínimo federal, proveerle vivienda, proveerle transportación ida y vuelta, entre otros beneficios que requiere la ley federal. Se están buscando hacer cambios en esa regulación federal para flexibilizar y reducir el costo regulatorio que implica esas condiciones que el Departamento del Trabajo Federal impone y que, por un sistema de cuotas por los diferentes estados, según el número de desempleo, es que te aprueba la cantidad de cuotas de empleados”.
El funcionario precisó que se estima que por un obrero migrante los agricultores terminan pagando alrededor de $25,000 por la temporada contratada.
Se le cuestionó cuánto se le paga a un obrero boricua. Mencionó que el promedio es $10 la hora.
Pero, hay mucha competencia en el mercado laboral. Es que el funcionario explicó que recoger café implica trabajar bajo sol y con la amenaza de avispas, así como las hormigas bravas o abayardes.
“Mucha gente, verdad, le tiene repelillo a eso. Prefieren irse al McDonald’s a ganarse $12, $15 pesos la hora y no estar en el campo”, comentó.
Rivera Castro señaló que, ante este escenario, el esfuerzo gubernamental para conseguir mano de obra para la industria agrícola se centra en que las personas no pierdan sus beneficios.
Informó que ya el Programa de Asistencia Nutricional (PAN) permite a los trabajadores agrícolas continuar con el beneficio. Pero, también buscan que no pierdan los derechos de su tarjeta de salud Vital o los de vivienda, como lo sería el residir en el residencial público o tener la asistencia de renta por Sección 8.
“Yo he estado en conversaciones con mis compañeros del gabinete para que hagan cambios, según se los permitan los distintos programas federales, para asegurar que tengamos más manos para el campo”, sostuvo el titular de Agricultura.


