De confirmarse la llegada del coronavirus -o COVID 19- a la Isla, los padres deben conocer que el riesgo que representa en los niños es menor que el de un adulto porque, según el pediatra José Cruz Meléndez, jefe del Departamento de Pediatría del Hospital Metropolitano Dr. Pila en Ponce, el sistema inmunológico de los pequeños es más resistente que el de los mayores.

“El sistema inmunológico está más preparado. Lo que va a representar es un resfriado. El paciente va a resistir sin ningún problema comparado con el adulto, que tiene el sistema respiratorio comprometido”, indicó.

El pediatra, en tanto, señaló que el virus sí puede ser peligroso para niños con problemas congénitos del corazón y respiratorios, fibrosis quística o displasia pulmonar, que tienen necesidad de oxígeno o problemas mecánicos. “Esos sí tendrían un compromiso más serio”, aseguró.

“En general (los niños) tienden a ser más resistentes que el adulto”, añadió.

Cruz Meléndez dijo que esto no quiere decir que no se asuman prácticas preventivas para evitar el brote, como es el mantener la higiene de las manos, evitar áreas concurridas y no tocar áreas comunes -como los pasamanos- y utilizar “handsanitizer”.

En el caso de que se aventuren a realizar un viaje, el galeno indicó que se asegure que el paciente tenga la vacunación correspondiente para su edad.

Aconsejó a los padres a que mantengan a sus pequeños con vitamina C en combinación con zinc y vitamina D. “Eso refuerza el sistema inmunológico y las defensas en el paciente pediátrico”, recomendó.

En el Congreso de Pediatría celebrado el pasado domingo en San Juan, el especialista dijo que se habló de la mortalidad mínima reportada en niños causada por el virus. Se adjudica, precisamente, a las predisposiciones médicas.

“Prácticamente, es un 1% comparado con los adultos”, dijo.

De igual manera, aseguró que tampoco hay evidencia de que el virus produzca condiciones congénitas que se transmitan de la mujer embarazada a su hijo, como sucedió con el zika.

En tanto, el galeno manifestó que el virus sí entrará a la Isla, pero que el mayor problema que estaban enfrentado los médicos era que no le habían provisto información. Asegura que ahora que la tienen y que tienen el número de teléfono a llamar en caso de que se presente una emergencia, sigue siendo “un dolor de cabeza”.

El doctor manifestó que dependen del aval del Departamento de Salud (DS) para poder hacer una prueba, lo que compromete a la persona que convive con el posible paciente infectado.

“Es un dolor de cabeza llamar al Departamento de Salud, porque te transfieren a otro número. En lo que buscan una aprobación en una emergencia, pues te compromete al que está conviviendo con esta persona. Si esas pruebas (las del COVID 19), no están disponibles, van a crear un espacio para poner en peligro otras personas”, aseguró.

Tildó de “un proyecto” el protocolo utilizado por el DS para aprobar las pruebas. “Eso toma mucho tiempo en lo que aprueban que se haga la prueba. Necesitamos más disponibilidad para poder hacer esta prueba lo antes posible. Estamos deseosos de que llegue el kit para poder hacer esta prueba”, sostuvo.

Como ejemplo, indicó que en días recientes atendió a una mamá que recién llegaba de Nueva York y su pequeña se veía muy enferma. Cuando le practicaron la prueba de influenza, que salió negativa, se preocupó de que se tratara del virus y que no estuviera la prueba disponible. Sin embargo, a los dos días volvió a practicar la prueba y salió positiva a influenza Tipo B.