Fue un accidente horrible. De esos de los que se piensa que no se sobrevivirá. De los que te dejan el cuerpo marcado de profundas y dolorosas cicatrices.

Christian Gómez sufrió uno de esos accidentes hace dos años mientras viajaba en su motocicleta por el área de Los Filtros, en Bayamón. Su cuerpo salió expulsado, cayendo a 122 pies de distancia del área donde ocurrió el siniestro.

¿Cómo sobrevivió? Para Christian sólo hay una explicación: un ángel lo cargó por sus brazos mientras su cuerpo viajaba en el aire. Eso fue lo que sintió y lo que presenció la primera persona que lo socorrió.

Fue entonces que Christian, de 27 años, decidió marcarse una vez más su cuerpo, pero esta vez la marca no reflejaría dolor sino una nueva oportunidad de vida. “Tuve mucha suerte y en promesa de que no iba a correr más motora, me hice las alas de San Miguel Arcángel. Fue en el primero en que pensé”, relató Christian.

Pasaron cinco meses y un nuevo intento de volver a correr motora antes que Christian se tatuara. Esa posibilidad de romper la promesa lo hizo cambiar el diseño original y hacerse un ala de ángel y otra de demonio. “La del demonio es en el lado izquierdo, porque es el lado en que uno no confía... y la del lado derecho es de ángel, porque ése es el que uno sigue”, dijo.

Para Christian, tatuador y propietario del negocio Blade's Tattoo en Toa Baja, cada tatuaje debe tener un significado y no debe realizarse por puro capricho o porque simplemente está de moda.

En su cuerpo lleva 60 y la mayoría tiene su significado. En el pecho, cerca del corazón, lleva el rostro de su hija Lyann, de 1 año. En el brazo derecho lleva un corazón con dos llaves, cada una acompañada por el nombre de uno de sus hijos. “Ellos (mis hijos) son los únicos que tienen las llaves para abrir y cerrar mi corazón”, dijo Christian, quien comenzó a tatuar en el 2000. También lleva tatuado en su pecho una huella del pie de su niña y en el brazo derecho la mano de Krisjariel, su hijo de tres años.

Tiene un mago en el brazo izquierdo, porque para él haber comenzado su negocio “fue pura magia”. A éstos se suman la fecha de nacimiento de sus hijos en números romanos y el símbolo de su signo zodiacal: Sagitario.

Al igual que Chiristian, son muchos los que deciden utilizar su cuerpo de lienzo después de haber vivido experiencias trágicas o momentos llenos de felicidad, como haber engendrado vida. Otros lo hacen para provocar en ellos un sentido de independencia o un estatus único e inconfundible.

De hecho, ésa debería ser la verdadera intención detrás de un tatuaje. “El tatuaje es un simbolismo para el resto de tu vida. Es un legado que nos han dejado para identificarnos y no debe hacerse por moda”, explicó Jaime Batista, director de la revista Skin Design.

Una encuesta realizada por la dirección de la revista entre universitarios y adultos en el año 2004 reflejó que el 40% de los puertorriqueños tienen tatuajes y que el 60% se ha realizado perforaciones. Ese porcentaje debe haber incrementado, dijo Batista.

Contrario a lo que se podría pensar, son las mujeres las que más sucumben a la práctica, según el muestreo. “Antes las mujeres no se tatuaban y ahora es todo lo contrario, porque lo ven como símbolo de poder”, señaló el también productor del evento Second Skin Design Tatoo Expo.

Antes los tatuajes se relacionaban con militares, presos o con mujeres de la vida alegre y, aunque la percepción lamentablemente no ha cambiado del todo, ya hasta abogados, doctores y senadores se hacen tatuajes.

Actualmente, también se ve un movimiento fuerte de personas mayores de 40 años “liberándose”, coincidieron ambos.

Chiristian explicó que fácilmente a diario puede atender cinco personas, quizás más. “Cada día son más los que deciden identificarse, sentirse libres y buscar una nueva forma de sentir y vivir”, apuntó.