Sin acuerdo en la placita.

Ciudadanos que residen y otros que frecuentan los negocios de la popular Placita de Santurce expusieron ayer posiciones encontradas en torno al dilema que supone el ruido excesivo de la música y algarabía vinculada a las operaciones de negocios que están abiertos hasta altas horas de la noche y madrugada.

En un sondeo informal realizado por Primera Hora las opiniones parecían divididas entre imponer nuevamente una hora de cierre, como ocurría hace más de una década, y los que repudian restricciones de operaciones para los negocios.

Ante el choque de opiniones, esta semana la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto, propuso un referéndum para resolver si se impone nuevamente una hora de cierre a los negocios en el lugar. 

“Creo que no deberían imponerle un horario (de cierre). Yo creo que cada vez aquí vienen más guaguas de turistas de los hoteles y el turista disfruta del área. Todo el que se mudó por aquí sabía cómo era el ambiente”, opinó  José Scalley. 

José Carrión también se pronunció en contra de una hora de cierre comercial. “Yo digo que no. La marginal de Santurce la cerraron unos residentes, siguieron aislando a los clientes que son los que traen el pan de cada día de estos negocios”, expuso.

Margarita Sterling, mientras, opinó que “un horario justo es de jueves a sábado hasta las 2:00 de la madrugada. El domingo yo entiendo que un horario justo es hasta las 12:00 de la medianoche”, destacó. 

Marcel Cruz, un cliente asiduo, dijo a Primera Hora que los negocios deben estar abiertos hasta la hora que sus dueños quieran. “A mí sencillamente me encanta mucho la música que trae los diferentes negocios y me gusta la bohemia, me gusta el baile. Hay veces que me gusta bailar de 10:00 de la noche a seis de la mañana. No bebo. La gente que está aquí es bien respetuosa. Aquí hay 44 negocios… Si se acaba la música, yo me voy para el que está abierto hasta las 8:00 a.m.”.

Clara Luz Maldonado, por su parte, declaró que  un cierre nocturno no le afectaría “porque  vengo temprano y ya a las 6:00 de la tarde me voy para casa. He oído los comentarios de los residentes que se han quejado  por el alboroto porque hay gente que son considerados, pero otros no”.

El Municipio de San Juan ha realizado decenas de reuniones con residentes de casas aledañas a la Placita y se han expedido decenas de multas por ruido excesivo.

Además, el gobierno capitalino encaminó una moratoria para que no se otorguen más permisos para el establecimiento de negocios en la calle Canals. También se propuso un alza en las multas por ruido de $500 a $5,000.

En medio del dilema se recomendó instalar equipo que mida los decibeles y así procurar la autoregulación del ruido.