Muchos se tornan invisibles hasta para su familia. Son víctimas de maltrato mental, físico o emocional. A veces, esto es lo que los lleva a cometer faltas antes de los 17 años.

Muchos de los jóvenes que llegan a diversos programas a recibir ayuda, ya sea como parte de un acuerdo con los tribunales (Ley 88) o porque son removidos de sus hogares (Ley 246), enfrentan períodos de ansiedad y depresión que los lleva, a su vez, a presentar conductas agresivas.

Pero para Surf4DEM y el Grupo SEPI, estos sí cuentan.

Tanto es así, que se unieron para establecer un plan piloto e impactar a un grupo de diez jóvenes que, además de recibir terapia sicológica individual y grupal,  practican una vez a la semana el deporte del surf y los cambios han sido significativos.

Uno de los participantes no podía ocultar la emoción cuando habló de la conexión que ha tenido con el mar, de cómo el estrés que lo agobiaba ha hido desapareciendo y cómo ha mejorado su calidad de vida.

“Aquí en el agua libero emociones que son negativas y las cambio a positivas. Me ha ido súper bien… salimos, gastamos tiempo aquí, se pasa bien. Los jóvenes de mi grupo nos pasamos ayudándonos. Es una clase súper buena”, dice el joven de 17 años mientras surfeaba en la playa de Isla Verdee. 

“Cuando pasa la semana decimos: ‘mira, ya queremos ir de nuevo a surfear’, espero a que llegue el miercoles. Es un pasión super buena, que uno dice, ‘diatre, mira que cosa, algo que nunca pudimos hacer y  tenemos ahora ese privilegio’”, sostuvo.

Agregó que antes “no me gustaba nadar y ahora me encanta, quiero seguir cuando salga del programa. Quiero echar pa’lante. Empiezo en agosto a estudiar barbería y estilismo y luego quiero estudiar masaje”.

Otro jovencito que ha logrado sacar lo mejor de este proyecto, que tiene una duración de cuatro secciones, de 9:00 a.m. a 3:00 p.m., es uno de 16 años que indicó que ahora confía en él.

“Yo pensaba que no podía pero lo he logrado con ellos. Me relaja, porque mientras estoy en la playa no pienso en los problemas que tengo.

¿A tu edad?

Sí, bastantes problemas, muchos.

¿Cómo te ayuda el surf?

Me hace confiar en mí mismo, me hace sentir más seguro.

Adelantó que planifica estudiar energía renovable. Primero lo haría en algún instituto y luego en la universidad.

“Me gusta la energía renovable porque me gusta bregar con la energía limpia”, dijo  mientras aconsejaba a otros jóvenes a que cuando aspiren a algo “lo traten, porque yo tampoco pensaba que podía hacerlo y lo logré. Que todo el mundo siga sus sueños; todos en el mundo tenemos problemas, pero tenemos que seguir adelante. Solamente Dios le da las mejores batallas a sus mejores guerreros”, sentenció.

Y con estos programas que impactan a tanto jóvenes, también salen ganando los familiares.

Zully Torres, de Carolina, cuenta que su hijo de 14 años ha dado una mejoría increíble.

“De verdad estoy súper contenta con todos los cambios del nene. La semana pasada estuvo conmigo de pase, y se levantó casi a las 4:00 a.m. a decirme: ‘mamá, mamá, vamos para la playa, hoy son las terapias’, y está bien contento”, indicó.

Confesó que “ha dado un cambio, canaliza mucha energía en el agua. Con esta terapia se ha controlado, lo veo más contento, más sociable, porque él siempre ha sido tímido. Tengo otros niños y estoy interesada en integrarlos en la terapia”, agregó.

Compromiso que rinde fruto

El presidente de la entidad sin fines de lucro Surf4DEM, el doctor Giovanni Martínez,  dijo que mientras le daban  terapia a jóvenes que no tienen hogar, porque están bajo una serie de programas, se dieron cuenta  de la necesidad  de presentar alternativas para  complementar las terapias tradicionales, que son grupales e individuales, “y de ahí surge la idea de hacer este proyecto piloto de investigación”.

A este se  unió la sicóloga clínica, Amarilis Ramos Rivera, presidenta de Grupo SEPI.

El también sicólogo clínico, Martínez, dijo que están impactando a una “población que tiene una sintomatología bastante amplia de ansiedad y depresión, pero podemos generalizar que son jóvenes que tienen problemas de salud mental”.

Los participantes ya van por la tercera sección. Falta una.

“Estamos usando instrumentos que miden sintomatología de ansiedad y depresión para poder documentar más allá de una data cualitativa, qué está ocurriendo cuantitativamente a nivel de sintomatología en estos menores entre los 13 y 17 años”, agregó.

Sobre el impacto, dijo que “estamos viendo que hay unos efectos muy positivos”.

Ramos Rivera, por su parte, explicó que “el impacto ha sido muy positivo, se ve cohesión de grupo, bajan los niveles de ansiedad, de depresión, se han mantenido trabajando unidos, no sólo en las terapias del agua sino con lo que tiene que ver con los programas en los que ellos están”.

Aseguró que “esto que están viviendo ellos en este momento es un oásis basado en la experiencia que ellos han vivido en su día a día. Descargar toda su energía, sacan a un lado los problemas, se concentran en algo y ahí es que ellos crean la expectativa de que ellos pueden hacer  algo diferente”.

De otro lado, la doctora Legna Ortega Medina, también de SEPI,  dijo que lo más que se ventila en las terapias grupales que ofrece a los jóvenes, son sentimientos de ansiedad, depresión y manejo de coraje, mientras se trabaja con la solución de conflictos. También “se da mucho la dinámica del bullying entre ellos mismos, lamentablemente”.

Agregó que no todos han pasado por las mismas situaciones y eso provoca roce entre ellos.  Pero “buscamos que uno apoye al otro”, agregó la sicóloga clínica.

Los tres sicólogos y los cuatro surfer, entre otros voluntarios, no cobran por sus servicios.

Por su parte, el terapista recreativo del programa Coming Soon House, Luis Rosario, dijo que el cambio que ve en los participantes es excelente.

Bajo este programa de modificación de conducta, los jóvenes reciben terapia ocupacional, servicios de psicología, entre otros recursos, pero siempre buscando integrarlos a la sociedad.

Los participantes en el estudio piloto pertenecen a este programa en Bayamón, que exige que sus participantes estudien. Estos participan de olimpiadas especiales así como de laboratorios en la Universidad de Puerto Rico, entre otros proyectos, porque “estamos tratando todo el tiempo que ellos tengan una integración completa a la sociedad, que cuando salgan, salgan completamente diferentes”.

Finalmente, el doctor Martínez, quien aceptó que muchas veces los padres descargan sus frustaciones contra sus hijos, los más débiles, dijo que hay que buscar maneras y formas de ventilar las emociones que se enfrentan a diario de una forma más saludable. “Y aunque es difícil algunas veces no llegar cargado al hogar, que reflexionemos en como nosotros nos encontramos emocionalmente y que no sean esas personas que nosotros tanto queremos y amamos los que se lleven el aguacero de nuestro día”, sentenció.