La esquina de la calle Betances, en el casco urbano de Utuado, conserva el único establecimiento de venta de telas y accesorios de costura que queda en el pueblo, que hace décadas tuvo hasta cuatro negocios de esta naturaleza.

Se trata de la Tienda Miña, un tesoro envuelto entre agujas, hilos y puntillas de vistosos colores y texturas, que atrae a mujeres y hombres que confeccionan o reparan sus propias vestimentas e, incluso, es punto de encuentro de utuadeños ausentes que llegan de visita a la tierra que los vio nacer.

Ubica en la calle Betances del casco urbano y es la única tienda de telas que ha persistido en Utuado.
Ubica en la calle Betances del casco urbano y es la única tienda de telas que ha persistido en Utuado. (WANDA LIZ VEGA)

El negocio de telas fue establecido en 1978 por Herminia “Miña” González López, quien capitaneó el establecimiento que ahora administra su hija, Ineabelle Medina González.

“Miña fue una mujer que trabajó en tiendas por muchos años, ya fuera de accesorios, venta de telas, hasta materiales escolares, entre otros. Era empleada de negocios desde jovencita, hasta que tuvo su primer negocio en 1978, con mucho ánimo y emprendimiento”, contó Medina González al destacar que su progenitora falleció hace dos años.

“Su primera venta fue $67 y ella decía que esa era su boutique. En un momento dado había cuatro locales de telas en Utuado. Con el paso del tiempo ella adquiere este local, lo compra y ahora llevamos 43 años con el negocio. Los demás, lamentablemente, fueron cerrando por una u otra razón”, explicó la fémina de ojos azules.

Sin embargo, Miña no era costurera, sino una entusiasta comerciante que soñaba con tener su propio espacio para mantener a su familia y ayudar a sus compueblanos.

Aunque el mercado se ha visto reducido, Tienda Miña mantiene un inventario apropiado para las necesidades de su clientela.
Aunque el mercado se ha visto reducido, Tienda Miña mantiene un inventario apropiado para las necesidades de su clientela. (WANDA LIZ VEGA)

“Ella no cosía. Siempre quiso tener un negocio de telas, de ropa interior de mujer y su sueño era vender misceláneos. Pero se enfocó más en las telas. Realmente mi hermana y yo siempre estuvimos trabajando con ella. Ya llegó un momento que ella empieza su retiro y yo llevo aquí de lleno cerca de 10 años, pero siempre trabajé con ella”, sostuvo Ineabelle, la mayor de tres hermanos.

“Cuando mami empezó, su fuerte era la atención al cliente, eso era esencial. El cliente era el sostén del negocio y ella nos enseñó no tan solo la venta, sino el trato al cliente. Siempre tratamos a nuestros clientes como si fueran familia, eso es ley en este negocio”, acotó.

Aunque la cifra de costureras continúa en descenso, explicó, otra de las razones para el cierre de tiendas de telas se debe a la escasez de materia prima.

“Ha bajado la venta del textil como también el mercado en sí, no se consigue tanta mercancía como era antes. Seguimos trabajando en eso y es nuestro fuerte. Quedan costureras, no son muchas porque el mercado ha cambiado mucho. Pero aquí vienen mujeres y hombres; hay hombres que cosen, no son muchos”, agregó González, quien posee un bachillerato de Administración de Empresas de la Universidad de Puerto Rico.

“Sin embargo, aquí hay muchas tejedoras artesanas. Aquí se venden telas, accesorios de costura, manualidades, telas de tapizar, todo lo que tenga que ver con costura y accesorios para manualidades. La gente siempre viene. No tengo un gran inventario, pero sí tengo variedad de telas y accesorios”, esbozó la expresidenta a la Asociación de Comerciantes de Utuado.

De otra parte, expuso que su negocio genera un empleo a tiempo parcial, pues la operación corre con poco personal. Además de que siempre está al frente de la tienda.

“Definitivamente el tiempo era otro cuando mami comenzó. Los comercios, el pueblo estaba lleno de tiendas y de negocios. Ahora es muy distinto por los cambios que ha habido, la gente se ha movido a Estados Unidos, la población merma, todo eso nos ha afectado”, confesó la también legisladora municipal.

“Son días difíciles, pero ese tesón, ese empeño que mami fomentó en nosotros y en mí me ha mantenido. No es fácil, pero aquí estamos hasta donde Dios lo permita”, asintió.

Cabe destacar que una de las cualidades que Ineabelle heredó de su progenitora es su interés de ayudar al prójimo, una labor que realiza a nivel personal y desde la presidencia de Unidos por Utuado, una organización sin fines de lucro que nació luego del huracán María. Esto, con el objetivo de asistir a las comunidades e individuos con necesidades especiales, principalmente aquellos que requieren de una mano amiga para aliviar su dolor.

“Aquí hay mucha necesidad y como comerciante no se trata de vender telas solamente, sino de aliviar el sufrimiento de nuestra gente. Es lo que aprendí de mi mamá”, concluyó.