Todavía huele a fango húmedo en el sector Sabana
El río Cibuco arropó los sectores de Sabana y Los Naranjos de Vega Baja.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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Vega Baja.- Ocurrió hace una semana, pero todavía el olor a fango húmedo se pasea por la casa de Nancy Colón del sector Sabana en el barrio Ceiba de este ayuntamiento.
Una capa de lodo cubre el piso y las paredes. Baña las copas de cristal en la cocina y la ropa en el cuarto principal. El barro también tragó su guagua blanca.
“Lo perdí todo”, comentó consternada la técnica de uñas.
El pasado 20 de septiembre, después de la embestida del huracán, el río Cibuco se salió de su cauce. La fuerza de sus aguas tumbó una ristra de postes en la carretera #2 y engulló decenas de residencias en el sector Sabana y el sector Los Naranjos del barrio Cabo Caribe.
“Todo estaba en calma cuando escucho a mi hermano Jonathan gritar ‘corran, corran, que ahí viene el agua’”, narró la mujer de 39 años.
Solo tuvo tiempo para correr al hogar de su mamá, que vive al lado en una casa de dos plantas.
“Esta es la tercera vez que lo perdemos todo”, apuntó con tristeza la mujer que ha vivido toda su vida en esta comunidad.
“Esto se inundaba, pero jamás como ahora”, agregó.
La historia de Colón encontró eco en los relatos de otros residentes, que observaron como de un golpe el agua enlodada del río se tragaba sus hogares y destruía sus sueños. Todo quedó reducido a pilas de chatarra, que hoy se extendían por todo el vecindario.
“No sé que hacer. Esto es todo lo que tengo”, apuntó Colón.
En el sector Los Naranjos, Ana García lloró al narrar el horror que sintió con la crecida del río.
“Hubo una quietud y de momento vino el agua por todos lados”, recordó la costurera.
García, de 61 años, se alojó en un refugio por algunos días, pero ayer regresó a su casa para instalarse en una pequeña habitación. Poco a poco limpiará la residencia, que ahora parece pintada de un intenso color marrón.
“Tengo muchos sentimientos encontrados. Soy nacida y criada aquí. Siento un amor bien grande por esa casa”, indicó.
“Yo quisiera irme, pero a la vez digo ‘a dónde me voy’”, añadió.
Al igual que Colón, no tiene los recursos para mudarse a otro lugar, para echar raíces en otra comunidad.
Mientras algunos residentes trataban de borrar la huella del fango y comenzaban el proceso de rehabilitación de sus casas, otros residentes de Los Naranjos que se movieron a refugios visitaban el lugar para garantizar que todo estuviera en orden.
“Tengo que venir todos los días porque se están robando todo”, comentó angustiada Magdiel Vélez, de 36 años, quien buscaba un toldo para su hogar.
El coordinador de la Oficina municipal para el Manejo de Emergencias, José Ayala González, explicó a Primera Hora que el día previo al paso del huracán el ayuntamiento visitó las comunidades inundadas para exhortar a los residentes a mudarse a refugios porque sus residencias ubican en áreas inundables, pero que muchos residentes no quisieron abandonar sus hogares.
Explicó que los rescatistas confrontaron dificultades para llegar a las zonas inundadas. Ante esta situación, los residentes con yolas y kajaks comenzaron a rescatar a otros vecinos. Algunos afectados se marcharon a la casa de familiares y otros acudieron a refugios.
Adjudicó la severidad de la inundación a la construcción -hace varios años- de un dique para evitar que el agua del río Cibuco llegue al pueblo en caso de una crecida.
Ayala González indicó que el ayuntamiento se encuentra a oscuras y que solo un tercio de la población cuenta con el servicio de agua.
Apuntó también que el municipio ha recibido alguna ayuda de las autoridades estatales como agua y snacks, pero que todavía necesita agua y comida.
Debido a los daños que sufrió la casa alcaldía, el alcalde Marcos Cruz Molina trasladó esa operación al Centro de Manejo de Emergencias ubicado en la Oficina de municipal de Manejo de Emergencias.
Cruz Molina, quien también perdió su hogar en el ciclón, hoy no se encontraba en el lugar.
Ayala González señaló que la Autoridad de Energía Eléctrica ha trabajo reparando postes y que próximamente debería energizar el Hospital Wilma Vázquez del municipio.
Además, abogó para que el Departamento de Recursos Naturales realice trabajos de dragado en el caño Caribe para paliar las inundaciones en el municipio.