Rincón. Nació en España y vino a Puerto Rico a descubrir lo que aparenta ser un petroglifo de nuestros ancestros indígenas, precisamente en la costa de Rincón, la que algunos reclaman que fue el primer suelo borincano que pisó su compatriota Cristóbal Colón.

Francisco Toubes Firvida, un español que emigró a los Estados Unidos en los años 70, caminaba de paseo por una de las playas de la Reserva Tres Palmas con su esposa Celia Alfalla Toubes cuando sus pies tropezaron con una roca plana cubierta de algas, que dejaba entrever algunas líneas profundamente marcadas.

De inmediato recordó los cuentos que le hizo su pariente Carlos Ramírez Sánchez, sobre yacimientos indígenas encontrados en Rincón y pensó que se trataba de un petroglifo escondido bajo la marea de ese litoral, apartado del grave impacto de la huella humana.

“Buscando nada, sino caminando con la esposa mía, no había agua (la marea estaba baja) y vi como una escritura con rayas. Me dije: ‘Le voy a decir a Charlie porque a él le gusta todo eso (de la herencia indígena)’ y cuando le dije vino a investigar”, dijo mostrando el grabado bajo el arrullo de pequeñas olas cristalinas.

“Desconozco el origen de ese grabado, pero de alguien debe ser. Está tallado algo en la piedra”, agregó.

El hallazgo lo hizo a mediados del mes de septiembre y desde entonces, de cuando en vez, se pasean por el lugar para tratar de interpretar las líneas que aparentan formar una imagen inconclusa de los grabados indígenas que hasta ahora han sido documentados en otros yacimientos de la Isla.

“Yo nací en España, mi país tiene rastros de muchas culturas y me gusta ver lo que hay. Para mí es nuevo esto”, expresó Toubes Firvida, quien llegó a Rincón desde Nueva Jersey a principios de este año, y promete quedarse para descubrir lo nuevo que tiene Puerto Rico para ofrecerle.

De otra parte, Ramírez Sanchez, un retirado del Ejército radicado en el barrio Ensenada, señaló que lleva una vida auto instruyéndose sobre el legado indígena de Puerto Rico.

“Vine al lugar para corroborar las marcas y empecé a desenterrarlas”, dijo.

Con una escoba limpió suavemente el área, en momentos en que la marea estaba baja, y confirmó que las líneas tienen una secuencia que aparenta ser hecha por mano del hombre.

“Yo no soy arqueólogo, yo no conozco bien, pero llamé al Instituto de Cultura y hablé con dos arqueólogos y quedaron en venir a ver el hallazgo para documentarlo”, aseguró.

Ramírez Sánchez recordó cuando en la urbanización Vista Azul, en Rincón, hace unos años, se descubrió un cementerio indígena en medio de una construcción. El cementerio presuntamente había sido documentado en 1940 por un estudiante de la Universidad de Harvard. También recordó cuando estaban construyendo la planta nuclear Bonus, donde alegadamente “ descubrieron un parque ceremonial indígena y esas piedras las destruyeron”, denunció.