Hace una semana, Lorraine Arriaga Rojas y Elgin Maynor les hablan a sus trillizos por nacer con los nombres que tiene previsto ponerles una vez nazcan: Andrés, Adam y Anthony.

La elección, según dijo a PRIMERA HORA la joven madre, fue difícil pues quería que todos los nombres comenzaran con la misma letra. Y luego de una gran búsqueda en Internet, así como sugerencias de varias amistades y familiares, los pequeñines ya tienen sus nombres.

“Lo más gracioso es que todos los nombres de nuestros hijos, menos el de Kamila, comienzan con la letra A”, mencionó en referencia a que el varón de sus gemelos se llama Abdiel y la niña de Elgin, producto de una relación anterior, se llama Ashanti.

La distribución de los nombres también es un asunto arreglado, pues manifestó que nombrará Andrés al bebé fraterno.

“Entonces, llamaremos Anthony al primero que nazca de los otros dos, y el último será Adam”, añadió emocionada Lorraine, quien se encuentra en los preparativos de la fiesta de baby shower, que se realizará este domingo en la casa de su mamá en Luquillo.

Siguen los sustos

Dentro de toda la euforia que representa el pronto nacimiento de los pequeñines — que se estima lleguen al mundo vía cesárea a mediados de febrero— Lorraine pasó un “susto terrible” debido a las contracciones que ha presentado en las últimas semanas.

El panorama pareció nublarse el pasado jueves cuando la joven madre presentó una “falsa alarma” de parto prematuro, que posteriormente fue descartado gracias a unos medicamentos que se les están aplicando desde entonces.

“Al parecer las contracciones se complicaron por una infección vaginal que tenía, pero ya todo está bajo control. Se le está dando antibiótico y otros medicamentos para las contracciones y se han controlado bastante”, explicó Jesús Álvarez, el perinatólogo del hospital HIMA en Caguas, que está a cargo de atender cualquier anomalía que ocurra en el embarazo de Lorraine.

El galeno aclaró que a los fetos se les está realizando una prueba o “perfil biofísico”, que consiste en evaluar cuatro áreas a través de una ecografía: los movimientos respiratorios de los bebés, los movimientos fetales, los tonos de cada uno de los pequeños y el volumen del líquido amniótico.

“Esta prueba la hacemos para saber si neurológicamente los bebés están bien y, en efecto y hasta el momento, todo indica que esos muchachotes no están en riesgo. Pero, aún faltan varias semanas y hay que hacer otras pruebas”, indicó Álvarez.

En adelante, a Lorraine le seguirán haciendo pruebas como la medición del cuello de la matriz y el crecimiento de los bebés. Este último examen se realiza para saber si hay discrepancias entre el peso y el tamaño de los niños y su tiempo de gestación o que sigan creciendo apropiadamente.