Hasta el miércoles 17 de noviembre “Jorge” (nombre ficticio) era un niño alegre, con muchas amistades y gozaba de hacer actividades como correr bicicleta.

Hoy, Jorge, un adolescente de 13 años, pasa gran parte del día llorando, resiente haber perdido contacto con sus amigos y pasa la mayor parte del tiempo encerrado en su cuarto.

El cambio drástico de ánimo del estudiante de octavo grado surgió luego que su maestra de inglés, Noemí Maysonet, se uniera a una burla iniciada por unas compañeras de clases del alumno de la escuela Jesús T. Piñero, en Manatí.

Y es que según le relató el niño a su mamá, Tavany Figueroa, unas compañeras de su salón colocaron en su espalda un papel que decía: “Soy pato, ¿y qué?”. Fue entonces que, supuestamente, la educadora -con 29 años de servicio- llamó al niño para que pasara al frente del salón y le removió el papel. Pero en lugar de botarlo y regañar a las estudiantes, se unió al vacilón colocando el mensaje “en las nalguitas del nene”.

“No te atrevas a quitártelo... tienes que tenerlo puesto toda la clase porque eso mismo pareces”, le dijo supuestamente la maestra a Jorge, quien al terminar la clase le ordenaron a salir primero del salón, de manera que todos los estudiantes se burlaran de él.

Jorge, a pesar de tener miedo, le exigió una explicación sobre los hechos a su maestra, pero ésta se sostuvo en que “eso es lo que pareces”.

El niño se sintió humillado y cuando regresó a su casa en la tarde, le relató lo sucedido a su mamá, quien fue ese mismo día a la escuela a radicar una querella contra la maestra.

El caso fue atendido de inmediato por la directora Olga Lliteras, y tan reciente como el miércoles pasado, Maysonet fue arrestada, luego que la jueza Aida Meléndez, del Tribunal de Arecibo, encontrara causa para juicio por cargos de maltrato institucional. A la acusada se le impuso una fianza de $1,000.

Aunque al momento la mamá de Jorge está complacida con las acciones judiciales del caso, hay un asunto que la tiene mucho más preocupada.

“Mi hijo ya no es el mismo. Él era un niño alegre y ahora se pasa llorando. Me dice: 'Mami, siempre estoy solo, ya no tengo amigos'. Y eso me duele mucho como madre porque sé lo que está sufriendo”, destacó Figueroa sobre el niño que sufrió un pequeño desmayo cuando tuvo que ver cara a cara a la maestra en el tribunal.

Y es que para la progenitora es inconcebible que una maestra, una figura que muchos estudiantes ven “como una segunda madre”, sea partícipe de un evento de humillación hacia un menor.

Figueroa asegura que igual se hubiera querellado contra Maysonet si en lugar de “pato”, el papel tuviera escrito “bobo o bruto”, gordo o flaco.

“Aquí se ha desviado el tema y la orientación sexual del niño no tiene nada que ver y no es el issue en este caso. Éste es un asunto de respeto. Todos somos iguales y merecemos el mismo trato, no importa si somos negros, blancos, gay o no gay, bajitos o altos. Ésta es una humillación que no se debe tolerar en ninguna escuela”, destacó la mujer que irá “hasta las últimas consecuencias legales” contra Maysonet, quien debe enfrentar una vista preliminar, en el Centro Judicial de Arecibo, el 14 de diciembre.

Por lo pronto, los esfuerzos de Figueroa están concentrados en devolverle a su niño la sonrisa que lo caracterizaba con ayudas psicológicas y el amor de su familia, incluida la de su papá, quien viajó de Estados Unidos para darle apoyo al mayor de sus dos vástagos.