Obras pertenecen a sus otros hijos.

La voluntad del recién fallecido maestro Rafael Tufiño quedó plasmada en un testamento abierto que firmó el 28 de julio de 2005, en el que dejó a cuatro de sus hijos las 136 piezas de arte que se exhibieron en el Museo del Barrio en Nueva York y que están en posesión de su hija Nitza Tufiño.

Tufiño dejó expresada su voluntad ante la notario Belén Guerrero Calderón y designó como albacea y administrador de sus bienes a su hijo Pablo Tufiño Soto.

El testamento fue firmado casi tres meses antes de que se radicara la demanda en reclamo de la devolución de las obras contra su hija Nitza y el Museo del Barrio, a los que imputó apropiación ilegal de ella e incumplimiento de contrato del otro.

Tufiño llegó a un acuerdo con el Museo del Barrio, por lo que se desestimó la demanda en contra de esa institución.

“El testador declara que le donó en vida a su hija Nitza Tufiño valiosas obras de arte, que serán consideradas como adelantos de su legítima estricta”, se indica en el testamento.

Más adelante declara que las obras de arte de su propiedad que fueron parte de una exhibición en el Museo del Barrio y fueron enviadas a Nitza Tufiño sin su autorización, las deja como herencia a sus otros hijos.

“Esas obras de arte pertenecen al testador y si a la hora de su muerte no pudo recuperar esos trabajos, ordena que esas obras de arte pertenecerán en partes iguales a sus hijos: Rafael Tufiño Aguirre, Rima Tufiño Reisman, Salvatore John Tufiño Criscione y Pablo Tufiño Soto”, reza parte del documento.

El contenido del testamento fue revelado a la jueza federal Aida Delgado Colón, quien preside el caso civil incoado por Tufiño y que fue trasladado de un tribunal de Instancia al Tribunal Federal.

Nitza Tufiño solicitó en días recientes que se desestime la demanda en su contra, ya que el testamento sería registrado en la corte estatal, donde se solicitará una declaratoria de herederos.

Ayer, sus hermanos también solicitaron la desestimación del recurso, exponiendo que coinciden con uno de los párrafos de la moción de su hermana.

“...será necesario el completar la identificación e inventario de todas las obras de arte de Tufiño y otros bienes actualmente en manos de otros herederos, dado que la voluntad expresada requiere que los intervivos transfieran todo el caudal acumulado por Tufiño durante su vida a sus herederos testamentarios, que debe ser recogido y contabilizado como adelanto de cada una de las participaciones de los herederos”, se cita.

Los cuatro hermanos testados sostienen que tras la muerte de Tufiño, la controversia se torna en un caso de herencia.

Sostienen que para una adecuada distribución de la herencia, todos los bienes de Tufiño deben ser regresados a su caudal, incluyendo las obras de arte en disputa que “ fueron apropiadas ilegalmente por Ms. Tufiño” .

Agregan que cualquier reto de Nitza a la voluntad y al nombramiento de Pablo Tufiño como albacea y ejecutor del caudal será escuchado y resuelto en el Tribunal estatal.