7:00 a.m.

Contrario a lo que mucha gente pueda pensar, despertamos más emocionados por la calidez y reacción del público japonés  en nuestra primera presentación. La cantidad de elogios recibidos, discos vendidos  y detalles del publico japonés, nos ayuda a sentirnos más confiados durante lo que queda de nuestro recorrido por Japón.

Entre los elogios recibidos, el más emotivo fue el de una japonesa que con sus ojos llorosos y emocionados en su lengua nativa expresó que nuestra música les había movido el alma.

8:00 a.m.

Siguen los detalles por parte de nuestros anfitriones japoneses en la ciudad de Fujisawa. Fuimos sorprendidos con un desayuno más adaptado a nuestro paladar en donde abundó el pan, mantequilla, café, hot dog y Ketchup. Intentaban agradarnos y para mayor sorpresa al llegar al restaurante tenían puesto nuestro disco. 

9:00 a.m.

Tomamos un tren desde la estación de Shonandai hacia la ciudad de Kamakura. Durante el viaje estuvimos acompañados por nuestro amigo Kurosawa (monje del templo) y sus dos alicates, los cuales no nos dejaron solos ni un segundo. Después de un viaje de dos horas en tren, matizado por paisajes de belleza inconmensurable, llegamos a la ciudad de Kamakura.

11:00 a.m.

Nuestros amigos japoneses nos habían preparado un tour por la ciudad de la mano de dos guías japoneses que hacían un buen intento de hablarnos en español. Una vez comenzado el “tour”, por consideración  tuvimos que aguantar los deseos de hacer algarabía, algo difícil para nosotros dado que para los japoneses es una falta de consideración, ya que intentaban escuchar las explicaciones impartidas en su idioma.

Tuvimos el privilegio de visitar el Kencho-ji Temple, el santuario Tsurugaoka, santuario Kamakura-gu, el templo  Hase-dera y el Daibutsu, Gran Buda, el segundo más grande del mundo, con 44 pies de altura.

1:00 p.m.

Durante el almuerzo nos detuvimos en otro restaurante de comida típica japonesa, aunque algunos prefirieron no retar su paladar, desertando al “fast food” localizado al cruzar la calle.

3:00 p.m.

Comenzamos nuestro travesía hacia la ciudad de Mishima, donde un grupo de latinos nos esperaria para recibirnos y acompañarnos durante este segmento del viaje. El camino fue largo, aproximadamente tres horas desde la ciudad de Kamakura. Nuestros anfitriones en la ciudad de Fujisawa insistieron en acompañarnos hasta Misilla, y ni siquiera nos permitieron comprar los boletos del tren.

Comenzamos en autobús y de ahí agarramos tres trenes diferentes. Durante el recorrido nos entretuvimos recordando experiencias de viajes anteriores y observando la belleza del paisaje.

Este país nos sigue impresionando. Los detalles y la hospitalidad son la orden del día. De tal manera que nuestro amigo Luis (D.Canelo) perdió su abrigo en un tren y éste apareció 20 minutos más tarde, es común que los objetos perdidos siempre aparezcan en Japón.

7:00 p.m.

Al fin llegamos a la ciudad de Mishima, y llego la primera despedida del viaje. Nos tocó despedirnos de Kurosawa  San, nuestro amigo el monje budista quien en todo momento dio el ejemplo de lo que es vivir para dar.

Después de una confusa despedida, entre varias inclinaciones de cabeza y apretones de manos, demostrando respeto y agradecimiento, un poco de tristeza y sensaciones de nostalgia, logramos despedirnos de quien desde el día de hoy será un eterno amigo, que esperamos  nos visite pronto.

7:05 p.m. Bienvenida Helen Mauricio   

Nos recibe la representante del grupo latino de la parroquia Sagrada Familia de Mishima, quienes nos acompañarán durante este segmento del viaje.

Y vaya manera de recibirnos, con tremendo banquete de carne, pollo, papas, ensalada y lo más importante: tenedor y cuchillo. Buen descanso para nuestros ya artríticos dedos por culpa de los benditos palitos japoneses.

Antes de regresar a nuestra suite en la parroquia católica nos disponemos a realizar nuestra labor de reconocimiento de la ciudad.

A las 9:31 de la noche del lunes 18 de mayo en Japón, 8:33 de la mañana en Puerto Rico , nos disponemos a realizar labores de reconocimiento de la ciudad de Mishima, o sea buscar un lugar donde tengan un buen Sake que no nos de mucho “re-sake”.