El alcalde de Barranquitas, Francisco López López, aceptó que como en cualquier casco urbano, los negocios cerrados son la orden del día. Sin embargo, aseguró que la economía en su pueblo está muy bien.

“Como todos los cascos urbanos hay varios negocios que han cerrado… pero tenemos lo que se llama una economía subterránea, que no la controla el municipio, que es la persona que te recibe asistencia económica pero es la que te trabaja en construcción, en la agricultura, en artesanías. Y eso hace que la economía de Barranquitas da la impresión de ser (débil), pero no es, por que es una economía fuerte”, sostuvo. 

Además, “se están abriendo muchos negocios en los campos, en las carreteras. Por eso tenemos el corredor comercial, que es la PR-152, que viene de Naranjito a Barranquitas. Los domingos, usted va allí, y esos negocios están todos bien llenos”, aseguró.

El ejecutivo municipal, quien aspira a la reelección por el Partido Nuevo Progresista (PNP), dijo que en los últimos meses también se ha fortalecido la economía del pueblo “con el famoso chinchorreo. De jueves a domingo nos están visitando sobre 10,000 personas, tanto de aquí como de otros lugares del mundo, italianos, asiáticos, que estamos recibiendo en las pequeñas hospederías”.

En cuanto al empleo, que según el último informe (febrero) del Departamento del  Trabajo estaba en un 13 por ciento, López López dijo que se han hecho esfuerzos por aumentarlos. “En términos teóricos algunos los ven en números, pero cuando tú vas a Barranquitas ve una fuerza económica extraordinaria, sobre todo en la ruta gastronómica que hemos inaugurado recientemente”.

Esta ruta incluye alrededor de 27 negocios que venden la especialidad del pueblo,  apio y  carne ahumada.

De otra parte, aceptó que hace poco los tocó la criminalidad,  “porque el desarrollo económico despuntó y eso nos ha traído delincuentes, pero gracias a Dios los paramos a tiempo”.

Tranquilo en la campaña

López López, quien va ya para 20 años como alcalde, dijo que se siente cómodo con la campaña eleccionaria. Aseguró que tiene buena comunicación tanto con los de su partido como con los populares e independentistas. 

“Ellos me dan el respaldo y estoy muy contento. Pensaba retirarme pero el pueblo me pidió cuatro años más. Pero sencillamente seguimos trabajando con mucho amor, mucho respeto y sobre todo en el silencio”, dijo el profesor universitario.

Y precisamente, al venir de la academia, es lo que -según él-  lo ha hecho concentrarse en su pueblo. “Siempre he querido dar buen ejemplo de solidaridad, de unidad para nuestro pueblo, para que nuestro pueblo siempre siga adelante. Mi mentalidad siempre es académica y no es tanto política”.

Aceptó que extraña la academia. “Claro que sí. De vez en cuando doy un curso por la noche en la Universidad Interamericana”. Allí fue  director del Departamento de Humanidades antes de comenzar en la política.

Confesó que cuando se retire de la política activa regresará a la cátedra. “Mi compromiso es con el pueblo este año y los 4 que están por venir”, sostuvo.

Entre los cursos que ofrece, están: filosofía, humanidades y antropología.

“Mi profesión y verdadera vocación es ser educador, no soy político, yo no sé por qué he estado tanto tiempo en este ambiente”, dijo sonriendo. 

El día a día

El funcionario  destacó que como viene de las Humanidades, como profesor universitario,  tiene gran sensibilidad por su pueblo.

“Siento, padezco, soy muy asequible a la gente. Pero por otro lado, también me da mucho dolor, mucha angustia, cuando yo no puedo aliviar los problemas a mucha gente. A veces vienen 50 personas con 50 problemas y puedo ayudar a algunos y a veces esos me embarga y me drena un poco... Cuando llego a mi casa y pienso que no pude ayudar a aquella persona que viene a buscar un empleo o una vivienda y eso lo sufro”. Agregó que, “nosotros hemos desarrollado una obra humana extraordinaria, la gente está muy contenta, le ayudamos con sillas de ruedas, espejuelos, todo eso lo estamos haciendo y hay una gran satisfacción”.