Con mucho que contar a los 108 años de edad.

Un sombrero, un bastón y un pañuelo son los amigos inseparables de don Domingo Guzmán Jiménez, que ayer cumplió 108 años de edad. Los celebró junto a parte de su familia y al alcalde de Isabela, Charlie Delgado, cuya administración quiso reconocerlo con una proclama como ‘‘hijo distinguido’’ de esa municipalidad.

‘‘Estoy loco por curarme de mis piernas, ver y oír mejor, para seguir trabajando y bailando’’, dijo de entrada don Mingo en entrevista con PRIMERA HORA, en su residencia del poblado Planas, sector El Centro de Isabela.

Tan cerca como el año pasado don Mingo todavía se tiraba al patio para cultivar un huerto casero, pero la poca visión y lo frágil que tiene sus piernas han hecho que su hija mayor, Emérita Guzmán, quien lo cuida desde hace 25 años, sólo le permita sentarse en el balcón, donde lo encontramos, e iniciamos la conversación que no quería culminar.

Nueve hijos, 31 nietos, 33 biznietos y tres tataranietos forman la familia inmediata de don Mingo, que estuvo casado con Santa Jiménez por 51 años, hasta que falleció a los 75 años, el 25 de mayo de 1985.

Contó que trabajó cortando caña en Isabela, donde nació; en Carolina y en Canóvanas, a donde se trasladaba en el tren allá para los años 30 y 40. Trabajaba de sol a sol cortando la caña a 40 centavos el día y sembrando en fincas agrícolas a $6 la cuerda. Laboró también en la construcción de la represa del lago Guajataca y en el túnel de Guajataca, y tuvo fincas de cultivo de café en Isabela. ‘‘Ahora la agricultura se acabó, no hay nada que sembrar y ustedes los jóvenes son un chorro de vagos y quieren ganar un montón de chavos y por eso el mundo se está acabando’’.

Se crió comiendo viandas y, cuando se conseguía, bacalao, arenca y machuelo. Con tan sólo 10 años de edad, tuvo que abandonar la escuela para ayudar a sus padres a criar a sus seis hermanos.

‘‘Probé ron caña, pero no me gustó, porque el borracho pierde la vergüenza, pero bailaba como un trompo y en mi juventud tuve como 40 novias’’, dijo a carcajadas, al asegurar que llegaba a los bailes y las muchachas lo esperaban para que las sacara a bailar.

Se describió como fundador del Partido Popular Democrático en los tiempos de Luis Muñoz Marín. ‘‘Todos íbamos a pie a los mítines y hasta descalzos porque no había zapatos y levantamos el partido. Pero ya no voto, porque no veo y no quiero equivocarme y votar por los republicanos, ¡no juegue! Mejor me quedo aquí’’, dijo mientras estrechaba la mano al Alcalde.

Se puso de pie y agarró el bastón cuando le dijeron que saldría en PRIMERA HORA y exigió salir bonito.