ISABELA. Sin pretensiones, lejos del protagonismo, con una misión clara: ayudar a las familias en necesidad en y fuera de Puerto Rico.

Ese es el objetivo que persigue la isabelina Elizabeth Moya, quien junto a su esposo César Castro, dieron forma a la Fundación Lazos de Amor, hace casi cinco años.

“A raíz del paso del huracán (María, en el 2017) nuestra primera idea fue salir del país, mudarnos hacia los Estados Unidos y pusimos todas las cosas en venta y no me llamaron ni para un cuadro. Al ver que no tenía resultados, oré al Señor y le dije que, si me quedaba en este país, no podía ser para seguir escuchando malas noticias”, recordó Moya.

Desde entonces, este matrimonio decidió dejar a un lado sus necesidades y se lanzó a la calle, a las comunidades y hospitales para “dar por gracia, lo que por gracia hemos recibido”. Y así nació este proyecto que ha servido de ayuda a poblaciones vulnerables.

“Vimos la necesidad que enfrentaba nuestra gente y mi esposo y yo comenzamos con una iniciativa de, por lo menos, salir y llevar un alivio a personas envejecientes y madres embarazadas que estaban en los oasis haciendo filas. También visitamos los hospitales, llevando desayuno a personas que estaban allí. Desde entonces, hemos servido ininterrumpidamente ya por cuatro años y medio, y son miles de personas las que se han atendido con esta labor de Lazos de Amor”, explicó Moya, quien es la fundadora y directora ejecutiva de la entidad.

Lazos de Amor, con base de fe cristiana, se oficializó para enero del 2018, y actualmente recibe ayuda del Banco de Alimentos de Puerto Rico. Así pueden servir a niños, madres solteras, personas de la tercera edad y a las víctimas de violencia doméstica.

La entidad se nutre de donativos.
La entidad se nutre de donativos. (Suministrada)

Desde sus inicios, el objetivo del matrimonio fue combatir el hambre, pero también brindar apoyo espiritual, pues Moya viene de un hogar de crianza, donde su madre adoptiva es misionera y capellana, por lo que el servicio a los demás, asegura, le fue modelado desde muy pequeña.

“Eso (servicio a otros) está en mí, pero nunca lo había hecho de una forma tan estructurada. Comenzamos con el hambre, porque así lo trabajamos desde el primer día visitando los hospitales. Nuestra organización es con base de fe cristiana, así que ese apoyo con base de fe que la gente necesitaba, se le daba. Salimos a compartir tanto el alimento físico como también el espiritual”, comentó la fundadora.

Después de esa etapa de emergencia en la Isla, Lazos de Amor ha continuado con su misión “porque la necesidad es real y es mucha”. Por esto, trabajan mensualmente mediante acuerdos colaborativos con agencias federales y municipales en los pueblos de Isabela, Quebradillas, Aguadilla, Moca, Aguada, Arecibo, San Sebastián y Añasco para asistir a familias que necesitan esa ayuda.

La fundación integra tres programas.

“Tenemos el programa ‘No Estás Sola’, que atiende a madres solteras, jefas de familia y víctimas de violencia doméstica y crímenes. Adicional a eso, tenemos nuestro programa ‘Nuestros Viejos, Nuestro Tesoro’, que atiende a personas de 65 años en adelante, y el Programa de Alimentos que lo que busca es brindar asistencia con una compra de emergencia para familias de escasos recursos, independientemente si trabajan o no porque la inflación es un tema que nos ha tocado a todos y muchas de las personas que se podían considerar clase media, en estos momentos se han vuelto pobres”, explicó Moya.

Lazos de Amor también brinda alimentos a la población de la tercera edad que, durante los fines de semana y días feriados no son atendidos por los diferentes Centros de Envejecientes Municipales.

“El mayor reto es el económico, ya que Lazos de Amor no cuenta con fondos federales ni estatales, así que sobrevive con donativos, ya sea del mismo cuerpo de voluntarios, del ‘budget’ (presupuesto) familiar que también se usa para eso, adicional a comerciantes e iglesias que han creído en nuestra misión y nos apoyan con diferentes aportaciones”, dijo.

Actualmente, la fundación lucha para conseguir transporte y poder buscar los alimentos al área metropolitana.

“No tenemos camión y todo este alimento hay que buscarlo en Carolina en el Banco de Alimentos y hay que alquilar camiones”, indicó Moya.

“La experiencia que más nos ha marcado fue ver a un anciano de Corozal contemplando quitarse la vida por no tener qué comer. Él había puesto esa fecha en que llegamos como límite para quitarse la vida... Esto es una de las cosas que me impulsa a que, no importando qué, nosotros tenemos que continuar porque hay mucha necesidad. La seguridad alimentaria en nuestro país es real y sobre todo en los envejecientes. La gente mayor pasa hambre en Puerto Rico”, destacó.

“Estamos convencidos de que para este tiempo Dios nos llamó y estamos comprometidos con que, mientras nosotros tengamos alimentos y seamos enlace con las familias, aquí nadie se acueste sin comer”, concluyó Moya.

Quienes deseen colaborar con Lazos de Amor pueden hacerlo a través de ATH Móvil al 787-387-7182, mediante Paypal en www.paypal.me/lazosdeamorpr o por medio de cheques o giro postal a nombre de la Fundación Lazos de Amor P.O. Box 1303 Isabela PR 00662.