Una ayuda que da vida los servicios de apoyo a cuidadores
Margarita, una residente de 96 años de Guaynabo, recibe varios días a la semana la asistencia de un auxiliar del municipio.

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Guaynabo. Margarita González Cancel, de 96 años, recibe todos los martes y jueves la grata visita de un auxiliar que le ha concedido el municipio, sólo para que le asista en todo lo relacionado a su higiene personal.
La bañan, le lavan el cabello, le atienden alguna úlcera o problema de la piel que presente, la peinan y la dejan regia para recibir visitas de sus familiares o de la iglesia. Pero, sobre todo, le dan una compañía amorosa por varias horas.
Margarita está encamada desde junio del pasado año a causa de un tumor. Sus tres hijas y la esposa de su hijo tienen turnos para estar a su cuidado. Pero, la asistencia que reciben del municipio de Guaynabo, bajo su programa de ama de llaves, hace la diferencia a la hora de mejorar la calidad de vida de la nonagenaria.
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“Nos sentimos muy, muy, muy complacidos. Aquí las muchachas que vienen con mami son bien cariñosas. Eso ayuda mucho al paciente, a que ella se sienta más fresquecita. Dan un cambio, porque estas muchachas les dan mucho amor a los pacientes, y eso es importante. Y ella las espera como con esas ansias, y eso es bonito, que se sienta en ella que hacen esa conexión con esas personas que vienen a asistirla. Francamente, el programa, pues, es muy bueno y ojalá muchas familias se pudieran beneficiar de todo esto”, relató una de las hijas de Margarita, María Teresa Martínez González.

Lisandra Algarín Rivera, quien hace dos años labora en el municipio, pero lleva 10 años trabajando con adultos mayores, fue la asistente que visitó a Margarita el día en que Primera Hora acudió al hogar para conocer cómo funcionan estos programas que tienen los municipios para asistir a los adultos mayores.
Según relató, la asistencia que le brinda incluye hacerles sentir amados.
“Llegamos, la acomodamos, le damos amor, cariño. Hablamos con ella, nos cuenta su chiste y dentro de todo, pues, vamos haciéndole entonces el servicio. Le damos el bañito, compartimos entonces con sus familiares… Ayudamos a los familiares a que, en ese momento que nosotros estamos aquí, ellos estén tranquilos y que tengan ese suspiro, como siempre decimos nosotros. Somos un servicio que ayudamos al familiar y estamos brindándoles todo nuestro mayor empeño y deseo de que el paciente se sienta bien”, explicó.
La auxiliar contó que las auxiliares de baño, como se le conoce en el municipio, visitan entre 12 a 14 adultos mayores en un día para asistirles en su higiene personal. Pero, el municipio también tiene otras amas de llaves que se encargan de prestar asistencia en los hogares por tres horas y media diaria. Entre otras cosas, las empleadas le preparan alimentos al adulto mayor, mantienen limpios el cuarto y el baño que el envejeciente utiliza y también se encarga de la higiene personal.
En el municipio de Guaynabo, unos 172 adultos mayores se benefician de estos servicios, que son costeado con $1.1 millones en fondos municipales. Otros pueblos también reciben fondos estatales o federales para brindar esta asistencia.

Hay alternativas
La ayuda, según comentó Algarín Rivera, es para “darle unos servicios que tal vez el familiar, en ese momento, no se lo pueda ofrecer o que, en ese momento, el familiar tenga algo que hacer y nosotros llegamos a darle ese poquito de aliento para que ellos puedan hacer sus cosas, sus necesidades”.
Las hijas de Margarita han aprovechado el servicio para aprender a tratar a su mamá encamada.
Martínez González comentó, por ejemplo, que intentan copiar todo lo que aprenden de las auxiliares para ponerlo en funciones los días en que les toca realizarle el baño.
“Nosotros queríamos que mami tuviera mejor calidad de vida y ahí, pues, hicimos la conexión con el municipio para que, entonces, nos asistieran en ese proceso. Que, francamente, nos sentimos muy, muy complacidos. Esto es importante, tener ayuda para atender a una persona que esté vulnerable, ya en la edad que está ella, y que pueda sentirse mejor. Porque, por eso es que algunos viejitos se deprimen y demás, porque no tienen esa ayuda, esa asistencia”, indicó la hija.
De hecho, la auxiliar aceptó que la tarea que se les hace más difícil es atender a esos adultos mayores que no cuentan con la asistencia de la familia. Llorando, contó que con esta asistencia “damos, pues, el beneficio de que de que ellos tengan un poquito de amor”.
Por otro lado, la hija que tiene a cargo el cuido diurno durante la semana, mientras sus hermanas trabajan, María Socorro Martínez González, indicó que aprovecha la visita de estas auxiliares para cocinar y hacer otras tareas del hogar.
Margarita sólo pudo expresar que se siente “muy bien” al contar con el auxiliar de baño. Pero, estaba muy nerviosa como para explicar cómo ha cambiado su vida desde que quedó encamada hace casi un año. No obstante, la mujer sí entonó varias canciones infantiles con sus hijas. Es que recordar el ayer se ha tornado en uno de sus pasatiempos preferidos desde que está limitada de movimiento.
Además de este servicio de auxiliares o ama de llaves, los municipios también cuentan con centros de cuidado diurno para adultos mayores. Allí se les da desayuno, almuerzo y actividades recreativas. El Departamento de la Familia también cuenta con centros similares, llamados Campea.
“Yo creo que eso es una actividad fantástica para los adultos mayores y fantástica para cuando tenemos que cuidar a un adulto mayor, donde puede pasar mediodía, verdad, seguramente están hasta las 2:00 p.m., recibiendo diversos tipos de actividades y atenciones y alimentos. Son las cuantas horas donde está atendido por otras personas y ese cuidador puede utilizarlas para otros propósitos, entre ellos, el descanso”, expuso, por su parte, la secretaria de la Familia, Suzanne Roig Fuertes.
Para conocer de estos servicios y solicitarlos, puede comunicarse a su municipio de residencia, en las oficinas a cargo de personas de edad avanzada. También puede comunicarse con el Departamento de la Familia, al 787-294-4900 o al 787-625-4900.