Roymi tenía apenas 8 meses de nacido cuando fue diagnosticado con leucemia.

A su madre, Blanca Ramos, se le vino el mundo encima cuando le dieron el dictamen. Jamás imaginó que su bebé pudiera padecer la terrible enfermedad. La noticia la recibió el 14 de febrero de 2004. Una fecha que jamás olvidará.

“Fue bien fuerte, porque te dicen que tu hijo está entre la vida y la muerte. Él era un bebé y le daban un 4% de probabilidades de vivir. Imagínate, eso no era nada”, relató Ramos a Primera Hora al recordar que el niño comenzó a presentar los primeros cambios a los seis de nacido.

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Desde ese momento, relató, no dormía por temor que al despertar Roymi no estuviera con vida.

“Era un miedo horrible, espantoso. Mis únicos momentos de alegría eran cuando el sonreía”, dijo para agregar que en ese momento al pequeño le gustaban los muñecos de Winnie The Pooh.

Fue entonces cuando comenzó el intenso proceso de quimioterapias que duró por cuatro meses, tiempo en el que “se mudó” al Centro Médico de Río Piedras.

“Empezaron con las quimioterapias más fuertes, porque lo que querían era ganar tiempo. Así que yo estuve cuatro meses 'hospitalizada' allí con él. Yo tenía una casa allí, tenía sillas de playas al lado de él porque como iba mucha gente a visitarlo”, recordó.

Un día todo cambió cuando la doctora que atendía a su bebé le notificó que habían aparecido varios donantes compatibles con Roymi, ello conllevaba una serie de exámenes para determinar la compatibilidad con los donantes y jugarse el ‘chance’ de que el trasplante de médula ósea no fuera rechazado por el pequeño, con excepción de uno.

Y es que, entre el grupo habían unas células madre recuperadas del cordón umbilical de un bebé. Al no tener antígenos, las células madre extraídas del cordón umbilical están menos propensas al rechazo.

En septiembre de 2005, le realizaron la operación en un hospital del estado de Florida. En Puerto Rico no se realizaba el procedimiento. Fue la doctora quien le recomendó que realizara el procedimiento con el material obtenido del cordón umbilical, opción que Blanca desconocía hasta ese momento.

Las semanas siguientes fueron intensas, pero el temor de ver a su hijo partir prematuramente ya se había disipado. Roymi estuvo hospitalizado 110 días antes de poder regresa a la Isla. Los 5 años subsiguientes viajaron a Florida para darle seguimiento a la salud del niño hasta que finalmente le dieron de alta.

a los cuatro vientos

Como posiblemente otras tantas mujeres, Blanca desconocía de la alternativa de preservar células madre a través del cordón umbilical de su bebé tras el alumbramiento. De haber conocido la posibilidad, no había dudado en hacerlo.

“Claro que sí lo hubiese guardado”, dijo la mujer, quien reconoció la valía de abrir un banco de células madre en la Isla.

Por eso hoy, dondequiera que se detiene habla de las células madre y cómo el tratamiento cambió la vida de su hijo que hoy está convertido en todo un hombrecito de 9 años amante del baloncesto.

“Ahora tengo más conocimiento, sé que sirve para otras condiciones de salud. Es algo increíble y de verdad lo grito a los cuatro vientos”, dijo la mujer residente en Orocovis.

Hace siete meses que blanca finalmente sintió el valor para decirle a su hijo el porqué de las marcas que llevaba en el cuello y su pecho. El niño ya había preguntado, pero Blanca le decía que eran el resultado de la sangre que le habían extraído. “No sabía que había tenido cáncer y que era un sobreviviente, un héroe”, indicó.

¿Qué te preguntó cuando le dijiste?

Que si yo lloraba mucho por él y yo le dije que sí, que yo lloraba y rezaba todos los días. Me dijo también que si lo quería más y yo le dije: 'que lo quería desde siempre'.