Ponce.- “Mi familia dice que es un milagro de Dios y estoy de acuerdo con ellos”.

Con esas palabras, Edgardo Cruz Caraballo sintetizó su maravillosa experiencia de poder vivir ahora sin un marcapaso. Él es el primer paciente en someterse a la delicada operación para remover un marcapaso mediante cirugía láser en Puerto Rico.

Y el proceso fue todo un éxito.

Así, el guayanillense de 42 años se convirtió, de paso, en una de las escasas personas en no necesitar el marcapaso tras extraérsele todo el sistema electrónico que lo ayudó a vivir por más de 25 años.

La exitosa operación fue en el Centro Cardiovascular del Hospital Damas, de Ponce, y la realizaron el cardiólogo Adrián Pérez Cochran y el neurocirujano Ernesto Soltero. Ellos probaron por primera vez una costosa maquinaria que ya se había probado en Estados Unidos, pero no aquí.

“Me siento muy bien, mucho mejor que antes, aunque ya me había acostumbrado a tenerlo. Al principio se me hacía raro sentirlo en el pecho”, narró Cruz Caraballo al recordar que se colocó el marcapaso a los 17 años.

Para entonces su corazón producía poca electricidad para que sus ventrículos bombearan suficiente sangre al cerebro. Se desmayaba continuamente.

“Me dijeron que era muy pequeño y que no lo iba a notar (el marcapaso), pero era bien grande y sí se notaba en la piel”, expresó el paciente, que es constructor.

En al menos cinco ocasiones debió acudir a sus médicos para que le cambiaran la batería de su marcapaso, que requería operaciones riesgosas para extraerla y otras para volverla a colocar.

“La primera vez fue muy dolorosa porque me abrieron el estómago y los puntos no podían cicatrizar”, recordó, al comentar que debió cuidar al máximo su estilo de vida y que le incomodaba entrar a lugares donde hubiese detectores de metales.

Para enero de este año le fue detectada una infección en los cables del aparato que puso en riesgo su vida. De hecho, el 50% de quienes sufren una infección sobre las conexiones de los marcapasos perecen.

Se le propuso someterse a la moderna operación por láser y él aceptó.

“Me dio un poco de miedo, pero no tanto”, dijo el paciente, al recalcar su agradecimiento al talento médico que hizo la operación.

Curiosamente, tras removérselo, su ritmo cardiaco se mantuvo estable y desde el fin de su convalecencia, en junio, no ha necesitado volver a un médico.

Su vida comenzó una vez más.

“En Puerto Rico es la primera vez que se hace”, agregó el doctor.

Soltero explicó que en el pasado la remoción del marcapaso se hacía de forma rudimentaria, abriendo toda la caja torácica para halarlo con pesas, y el riesgo era alto porque los electrodos se cicatrizan en el corazón.

La razón para adquirir el equipo es el drástico aumento en las infecciones que se dan. “Ha subido un 150%… estimamos que se practican de tres a cuatro mil (inserciones de marcapaso) por año en Puerto Rico, y yo he visto en este hospital de diez a 15 pacientes con infección”, dijo Soltero.

Atribuyó esta alza a que hace 30 años sólo existía un centro cardiovascular y hoy hay siete instalaciones en todo el país.

La colocación del aparato la cubren diversos planes médicos. Pero, removerlo sólo la cubre Medicare.

Otra razón para el aumento de marcapasos es el índice de diabetes, causa mayor de problemas cardíacos. “Es posible que seamos el país más diabético del mundo, el 70% de mis pacientes lo son”, mencionó el galeno, al advertir que todo el que tenga marcapaso evite hacerse tatuajes y mantenga una salud bucal óptima.

“Los tatuajes son un peligro. Cualquier foco de infección a la sangre puede infectar un marcapaso”, recomendó Soltero.

Aunque no hay una lista de espera por estas cirugías, se anticipó que el procedimiento se volverá cada vez más común.

La operación consiste en recubrir el alambre que va al corazón con una capucha equipada con láser que va cortando las cicatrices musculares. El cable infectado suele contener masa bacterial que puede causar embolias y que no puede ser curado con medicamentos por tratarse de bacterias que atacan el alambre y no a la persona. La infección que queda en el corazón puede ser tratada con antibióticos de manera efectiva.