“Hay que matar ese gen”.

Si, como dice un estudio de la lejana ciudad europea de Estocolmo, el gen alelo 334 es el responsable de la infidelidad masculina, habría que crear una “pastilla” para acabar con la falta de fidelidad entre los puertorriqueños, que, según una encuesta de PRIMERA HORA, es una conducta in crescendo.

Y es que para el ciudadano Rafael Barrera, el estudio del Instituto Karolinska de Estocolmo, capital de Suecia, implica que habría que “desarrollar una pastilla para que la mujer le dé la pastillita al hombre, para que no le sea infiel y pueda matar ese gen. Con eso lo vamos a curar”.

En mayo pasado, una encuesta de PRIMERA HORA sobre sexo concluyó que la “infidelidad crece” al compararse los resultados con la encuesta que hizo el diario en el 2002. El estudio reveló que el 63% de los encuestados admitió serle o haberle sido infiel en alguna ocasión a su pareja, lo que implica un alza si se contrasta con el 53% de 2002.

También reveló que el 66% de los entrevistados confesó que su pareja le había sido infiel; en el 2002 la cifra alcanzó el 55%.

Pero, a juicio de la ciudadana Yaritza Ríos, la infidelidad no se cura con una pastilla. “Hay que estar abierto a la información, pero realmente creo que eso es conducta humana, no se lo puedo atribuir a la genética”, dijo.