Unos aplauden y otros critican la propuesta de Pereira
Expertos afirman que el alcohol está asociado a la violencia, pero el uso de la marihuana no.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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La marihuana nunca ha estado asociada a la violencia, dijo el senador popular Miguel Pereira para defender el que se despenalice en Puerto Rico la posesión de hasta una onza de marihuana.
La teoría de Pereira es correcta, según Juan Carlos Jiménez, investigador del área de drogas y alcohol del Departamento de Estadísticas y Epidemiología del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
De despenalizarse la posesión de la marihuana, Jiménez advirtió que tendría que hacerse para los de 21 años o más de edad, como ha propuesto Pereira.
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La posibilidad de que una persona consuma drogas más fuertes se da principalmente cuando el consumo de sustancias se inicia en la adolescencia. En Puerto Rico, eso ocurre principalmente por vía del tabaco y del alcohol, no de la marihuana.
La propuesta de descriminalizar la posesión de la onza o menos de marihuana provocó ayer tal revuelo que llegó a plantearse que el cannabis puede provocar psicosis, pero tanto el especialista de Ciencias Médicas como el salubrista José Vargas Vidot dijeron que eso puede ocurrir si la marihuana se mezcla con otras sustancias contaminantes.
El proyecto de Pereira causó ira, sobre todo, entre los que sostienen que la marihuana hay que comprarla en un punto de drogas, argumento que tanto Vargas Vidot como el director de descriminalizacion.org, el doctor Rafael Torruella, dijeron que eso se resuelve si el Gobierno permite –exclusivamente para uso personal– que los ciudadanos cultiven sus propias matas de marihuana.
La cosecha de un huerto casero estaría libre de contaminantes.
“El proyecto de Pereira es un esfuerzo encaminado por la ciencia, por la prudencia y la necesidad. Me parece muy prudente y valiente, aunque destacó que posiblemente está a destiempo porque la Legislatura vive momentos de gran tensión con los religiosos por los derechos de los gays”, dijo Vargas Vidot, quien aboga por que la despenalización no vincule la marihuana con “el punto”.
El representante Rafael “June” Rivera, del Partido Nuevo Progresista, acusó a Pereira de haber entrado a un estado de locura y que su proyecto permitirá que maestros y otros profesionales puedan llegar “arrebatados” a sus centros de trabajo.
Pereira respondió a eso que las leyes y prácticas empresariales prohíben el consumo de drogas y alcohol, y eso no va a cambiar, como tampoco ninguna de las leyes relacionadas con el trasiego de drogas, que continuará siendo ilegal.
¿Por qué no propone legalizar la marihuana?
Se entraría en un conflicto directo con la estructura federal. Eso es imposible dada la relación política de Puerto Rico con Estados Unidos.
“Medicalizar” la marihuana tampoco sería posible por la infraestructura que eso requiere, además de que no existe un sustituto para la droga.
Por su parte, el líder de la Pastoral Unida a Favor de la Familia, el cardiólogo César Vázquez, aseguró que “Holanda está restringiendo ahora el uso de la marihuana. Entre los jóvenes, su uso está asociado al empobrecimiento de su capacidad de estudio, de trabajo, de establecer relaciones interpersonales. En vez de disminuir la criminalidad allí, en Holanda, ha aumentado”.
Vázquez, aunque se opone a la medida de Pereira, expresó favorecer que las penas por una posesión mínima de marihuana no sean desproporcionales al delito.
“La marihuana altera el estado mental, causa accidentes automovilísticos, se puede entrar en un estado psicótico. Esto no es agua bendita”, consignó el líder religioso.
Ante el vendaval de ataques que se le vino encima a Pereira, este dijo que aquí el problema es que todas las ideas “se estrellan contra la intolerancia”. “Si se hace lo mismo y se pretende obtener resultados distintos, eso no es otra cosa que la definición clásica de la locura”, afirmó.
Un estudio realizado en la Escuela de Ciencias Médicas de la UPR arrojó que mucho más alcohólicos que usuarios de marihuana acuden en busca de tratamiento profesional.
Erick Villanueva y Lisa Ayala hallaron que, entre las personas que reciben tratamiento en la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca), los alcohólicos están entre 30 y 54 años, en su mayoría, y los usuarios de marihuana se concentran entre los 29 años o menos. La mayoria, en ambos grupos, son hombres.
Villanueva dijo que los alcohólicos posiblemente buscan más tratamiento porque no tienen temor a ser identificados como los consumidores de una sustancia que es ilegal.
El gobernador Alejandro García Padilla dejó entrever ayer que no avalará el proyecto de Pereira. “No tengo problemas con que se abra un debate público sobre las posibilidades, beneficios o contraindicaciones de una medida como esa. Pero no está en los esfuerzos que está realizando mi administración”, dijo.