Urgen fiscalización

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 18 años.
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Inspectores federales están intentando que la Administración Federal de Aviación (FAA) fiscalice más rigurosamente las prolongadas esperas dentro de la cabina a las que algunas líneas aéreas someten a sus pasajeros, algo que los puertorriqueños sufren de rebote en las Navidades por los malos días del invierno estadounidense.
El informe de los inspectores surge de incidentes que tuvieron dos aerolíneas, American y Jet Blue, que vuelan desde San Juan. American no contestó ayer solicitudes de reacción, mientras que Jet Blue apuntó que su página de Internet tiene disponible la “Carta de Derechos” del viajero, la cual es “más amplia, profunda y más significativa que cualquier cosa que pueda ser legislada”.
El informe dice que las compañías han tratado de mejorar sus sistemas para evitar las tardanzas, pero que todavía les queda camino por recorrer.
En promedio, se supone que si la tardanza es de más de dos horas las aerolíneas permitan a los pasajeros salir de la nave, si así lo solicitan, pero los inspectores señalaron que ninguna de las aerolíneas principales está cumpliendo completamente con acuerdos previos a los que llegaron con el Gobierno para atender a los pasajeros durante los retrasos.
Entre las compañías con vuelos desde San Juan, la definición de tiempo que activa las obligaciones para con los viajeros en instancias de atraso es dos horas para American, Continental y Us Airways; entre dos y cuatro horas para Jet Blue; y sin definición para Delta y United. El tiempo mínimo que las aerolíneas esperarán antes de acceder a las solicitudes para desembarcar es cuatro horas para American y Continental; cinco horas para Jet Blue; entre una hora y media y cuatro horas para United; y sin definición para Delta ni US Airways.
El promedio de atraso en 2007 fue 56.7 minutos, y la proporción de vuelos cancelados, atrasados, o desviados fue 27.8 por ciento.
Entre las propuestas de los inspectores están establecer un límite máximo de una hora para mantener a los pasajeros dentro de la nave durante un retraso, y que las empresas establezcan un sistema de “cancelación inteligente” mediante el cual cancelen los vuelos que potencialmente sean problemáticos con suficiente tiempo de antelación como para que los pasajeros no tengan que salir de sus casas y ataponar los aeropuertos. Además, sugirieron que a las aerolíneas se les obligue divulgar los datos sobre si están saliendo y llegando a tiempo.