Un estudio que investiga el uso de sustancias en los escolares puertorriqueños reveló que durante los últimos dos años -periodo que coincide con la crisis por la pandemia del COVID- hubo un alza “alarmante” del uso de cigarrillos electrónicos o vaporizadores entre estudiantes de séptimo a duodécimo grado de escuelas públicas y privadas, una tendencia que por primera vez en la historia se ve mucho más marcada entre las niñas y que pone en riesgo la salud mental, oral, respiratoria, neurológica y cardiovascular de los jóvenes usuarios.

Según el informe de Consulta Juvenil 2021-2022 que realiza la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca), el porcentaje de estudiantes de escuelas intermedias y superior que admitieron haber utilizado alguna vez estos dispositivos aumentó de 2020 al pasado año de un 19.3% a un 29.5%. El escenario se complica aun más considerando que para el 2017 el número porcentual era de 5.1%

Cuando se examinó la prevalencia por género del uso de vaporizadores en el último año, se determinó que un 14.2% eran féminas y un 11.6% varones.

De otra parte, se indagó con los jóvenes para conocer con qué sustancias utilizaron los vaporizadores y se descubrió que el 62.7% lo había hecho con los líquidos de sabores, mientras que un 25.8% lo hizo con tabaco o nicotina, el 12.9% con marihuana y un 10% con cannabis medicinal. Asimismo, un 12.4% de los encuestados desconocía qué había inhalado a través de los dispositivos.

“Cuando analizamos la encuesta -un ejercicio que llevamos haciendo hace 22 años a través de 11 consultas- vemos que el cigarrillo tradicional ha ido sustituyéndose en estos grupos por los cigarrillos electrónicos o vapeo. Ha habido una modificación en la conducta de estos jóvenes... y algo importante de esta última encuesta es que las niñas han aumentado el consumo. De hecho, es la primera vez en la historia de la encuesta que hay más niñas que varones utilizando estos vaporizadores y otras sustancias, como el alcohol y la marihuana. Pero lo peor que veo en esta situación es que hay un gran número de estudiantes que vapean y desconocen qué sustancias están consumiendo. Esto se ha convertido en un juego de ruleta rusa para esos jóvenes”, destacó el administrador de Assmca, Carlos Rodríguez Mateo.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) destacan que los cigarrillos electrónicos se conocen con muchos nombres diferentes. A veces se les llama “e-cigs”, “e-hookahs”, “mods”, “plumas de vapor”, “vapeadores”, “sistemas de tanque” y “sistema de suministro de nicotina”. La entidad salubrista hace hincapié en que algunos cigarrillos electrónicos parecen cigarrillos regulares, cigarros o pipas, pero hay otros que parecen memorias USB, bolígrafos y otros artículos de uso diario que se diseñan en muchas formas y tamaño atractivos para la población de adolescentes. Al uso de cigarrillos electrónicos se le llama “vapeo” porque a través de los dispositivos electrónicos se calientan unos líquidos que producen un aerosol o una mezcla de partículas en el aire que, por lo general, contienen nicotina y saborizantes, entre otros químicos.

El presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, el doctor Carlos Díaz, coincidió en que el vapeo “se ha salido de control”, sobretodo porque no hay constancia de la concentración de químicos que las personas están inhalando.
El presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, el doctor Carlos Díaz, coincidió en que el vapeo “se ha salido de control”, sobretodo porque no hay constancia de la concentración de químicos que las personas están inhalando. (Shutterstock)

¿Riesgos? Desde cáncer oral hasta la muerte

Rodríguez Mateo, médico de profesión, acotó que es importante que toda la comunidad escolar -incluyendo maestros, padres, madres y cuidadores- comprendan los efectos nocivos de vapear con cualquiera de estos productos.

“Lo cierto es que, aunque se hable de sabores, sabemos que estos dispositivos tienen altos niveles de nicotina y esa es la razón por la que son adictivos. Además, tienen compuestos que son cancerígenos y ya se han demostrado daños severos al sistema respiratorio y cardiovascular”, puntualizó Rodríguez Mateo.

De hecho, destacó que hace poco más de dos años, mientras laboraba como médico en una sala de emergencia, atendió a más de cinco jóvenes que llegaron intoxicados por vapear.

“Recuerdo que algunos de ellos fueron al hospital en un periodo de dos semanas y eso nos alarmó. Estaban intoxicados con sobredosis y el mecanismo era el vapeo. Casi todos tenían el mismo cuadro clínico: dificultad para respirar, desorientación, mareos. Me acuerdo que dos de ellos casi se van en un paro respiratorio. La situación es que en las salas de emergencia primaria no están muy familiarizados con esta nueva modalidad, se les dificulta hacer un tratamiento rápido, seguro y ágil. Son cambios que hay que discutir desde la academia porque es una emergencia no tradicional y puede convertirse en un gran reto para los médicos”, narró el administrador.

En 2019, las visitas a salas de emergencia aumentaron por lo que se conoció como el brote de Evali, una enfermedad pulmonar provocada por el vapeo. En aquel entonces se vinculó el uso de vitamina E en los productos que usaban estos pacientes, según reportaron diversos medios locales e internacionales.

Hasta el 2020 se había notificado a los CDC un total de 2,807 casos de pacientes hospitalizados por Evali en Estados Unidos. De estos 68 murieron. La mediana de edad de los pacientes era 24 años, aunque la agencia destacó que se atendieron personas desde los 13 años hasta los 85 años.

A raíz de la emergencia nacional los estados y territorios, incluyendo a Puerto Rico, establecieron a través de órdenes administrativas que los médicos reportaran los casos sospechosos que llegaran a las salas de emergencias. Algunos de los síntomas identificados en aquel momento fueron tos, dolor de pecho, náuseas, vómitos, diarreas, pérdida de peso y fiebre, entre otros.

En la isla la orden tuvo vigencia por seis meses y se logró identificar el caso de una joven de 19 años, residente en Bayamón, que estuvo 10 días en una unidad de cuidados intensivos tras presentar daño pulmonar severo. Cuando la joven fue entrevistada por los médicos reveló que estuvo haciendo uso de cigarrillos electrónicos desde los 13 años.

El Departamento de Salud de la isla ha estado activamente velando por el cumplimiento de las leyes actuales -son varias- que prohíben la venta de cigarrillos electrónicos a menores de 21 años y su uso en la mayoría en lugares públicos y privados.

Así lo explicó Idania Rodríguez, directora de la División de Promoción de la Salud de la agencia, al indicar que no hay constancia en el Departamento de Salud de otro diagnóstico de Evali en Puerto Rico durante la vigencia de la orden administrativa que estuvo activa hasta mayo de 2020.

En cambio, reconoció que hay preocupación por el auge del vapeo en la población puertorriqueña y la correlación que hay entre el uso del tabaco y los cigarrillos electrónicos con enfermedades crónicas.

“Vapear tiene efectos graves en el cuerpo. El reto más grande es la intoxicación. Pero vemos que muchas veces también estos aparatos explotan en la cara de los que la usan”, expuso por su parte, Yiselly Vázquez de la Unidad de Gerencia Programática del Departamento de Salud.

Entre las acciones de Salud para mitigar la situación se destaca la Línea de Cesación de Fumar ¡Déjalo Ya! el cual es libre de costo y está dirigido a personas mayores de 18 años que desean dejar de fumar, incluso los cigarrillos electrónicos.

“El vapeo es una adicción difícil de dejar como el cigarrillo regular, pero se puede lograr modificando conductas y con el apoyo adecuado”, puntualizó Rodríguez al mencionar que el programa inició en 2004 y desde el 2021 se empezaron a recibir peticiones de personas adictas al vapeo. La línea, completamente gratuita, es 1-877-335-2567. También pueden textear las siglas ESP al 47848.

Según datos de la agencia, durante los pasados 18 años se han atendido a más de 14,000 fumadores. El año pasado se recibieron 1,350 llamadas a la línea y de estos 476 se registraron en el programa para recibir ayuda. De las personas intervenidas, 224 fueron mujeres y 252 hombres. El sector demográfico que más ayuda solicitó fue el de 56 a 65 años. Del grupo, solo 10 personas dijeron ser usuarios de cigarrillos electrónicos.

La Dra. Arlene Sánchez Castellano, dentista y catedrática de la escuela de medicina dental del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) ha dedicado más de 10 años a estudiar los efectos del tabaco en la salud de la población y, según su análisis, “el vaping es la pandemia oculta antes del COVID”.

“Nosotros en Puerto Rico hemos tenido buenos logros en la lucha contra el tabaquismo. De hecho, en la isla se logró reducir de un 14% a un 10% las personas que fuman... pero, entonces, llegó el vapeo más o menos en el 2017 y eso fue como un salto a lo largo, en especial, con jóvenes de octavo a duodécimo grado. Los números fueron tan alarmantes que preocupó porque son jovencitos utilizando vaporizadores con cartuchos que contienen sales de nicotina... una cápsula de estas sales equivale a la nicotina que tienen 20 cigarrillos combustibles”, manifestó la médica.

Explicó que hay datos que demuestran que en Puerto Rico dos de cada cinco fumadores tiene alta presión o diabetes; uno de cada tres tiene colesterol alto; uno de cada cuatro enfrenta depresión y uno de cada cinco tiene algún tipo de artritis.

“En cuanto a la salud oral, la nicotina tiene efectos nocivos en la encía. El 45% de la nicotina liberada en los cigarrillos electrónicos se depositan en la cavidad oral y produce enfermedades periodontales que dañan el tejido y pueden destruir el hueso que sostiene los dientes. En algunos casos se puede rehabilitar, pero en otros hay que extraer. Estamos hablando de jóvenes sin piezas en su boca. Esto provoca no solo un problema de autoestima, sino también de fonética y de masticar adecuadamente”, explicó Sánchez Castellano.

“Esto es sin mencionar otras infecciones y el cáncer oral a causa del calor que se emite a través de estos químicos nocivos”, añadió la también administradora de servicios de salud de la escuela de Salud Pública.

Por su parte, el presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, el doctor Carlos Díaz, coincidió en que el vapeo “se ha salido de control”, sobretodo porque no hay constancia de la concentración de químicos que las personas están inhalando.

“Estamos hablando de una nueva modalidad entre los jóvenes que puede tener consecuencias severas y daños irreversibles, incluyendo la muerte. Lo que me preocupa es que no estamos hablando de daños que veamos de inmediato -aunque puede ocurrir- sino de complicaciones que se van a ver a largo plazo en el sistema respiratorio, cardiovascular y neurológico de ese joven, cuyo cerebro se está desarrollando hasta los 25 años”, expresó Díaz.

Acceso tan fácil como en un “clic”

Otro problema con los vapeadores es que muchos lo catalogan erróneamente como un sustituto confiable del cigarrillo tradicional. No hay evidencia científica que demuestre que algún cigarrillo electrónico sea seguro o efectivo para ayudar a las personas a dejar de fumar, según destaca en su página web los CDC.

En Puerto Rico, estos dispositivos y los químicos que se utilizan para vapear se encuentran tan accesibles como en una gasolinera o a través de un “clic” en diversas páginas de redes sociales, advirtió Juan Rivera, administrador auxiliar de prevención de Assmca. Agregó que los precios son variados, pero pueden fluctuar entre $16 a $25 por aparato y entre $8 a $12 por los líquidos.

“Muchos padres pudieran creer que su hijo tiene un ‘pendrive’ o algo inofensivo cuando realmente es un cigarrillo electrónico para vapear. Entonces, también vemos a figuras conocidas entre los jóvenes, como Anuel AA, que tienen su propia marca de vapeadores y lo mercadean en sus redes sociales y entre sus seguidores que, sabemos, la mayoría son jovencitos”, dijo Rivera.

Una búsqueda rápida en internet validó que el artista tiene una línea de productos de vapeo llamado Nuubez (Anuel by Nuubez ). La página señala que los productos se venden con nicotina y sin nicotina, al tiempo que advierte que es para consumo de personas de 21 años si son residentes de Estados Unidos.

“Otra cosa que nos preocupa es que entre los encuestados hay jóvenes que admitieron vapear marihuana y cannabis. Para el cannabis, por ejemplo, hay que tener licencia para su consumo. ¿Dónde lo consiguen? Probablemente en los botiquines de sus padres o familiares”, agregó Rivera al mencionar que, de otra parte, las hookahs y tanques se mercadean en los pubs o sitios frecuentados por universitarios.

Indicó que la situación es tan “preocupante” que las peticiones de escuelas y universidades para orientar sobre el tema “se han disparado” en los últimos meses. “Han cogido estudiantes utilizando los cigarrillos electrónicos en las escuelas”, acotó al mencionar que las intervenciones en las instituciones educativas se realizan a través del programa “Assmca visita tu comunidad”.

Aunque muchos de los cigarillos electrónicos son aprobados por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos), hay consenso en que los líquidos que se utilizan para “vapear” burlan el rigor de las leyes para prevenir riesgos a la salud. Cabe señalar que en el 2022 la FDA ordenó retirar los productos Juul del mercado estadounidense y emitió órdenes para que la empresa dejara de vender y distribuir sus productos.