El inglés es parte de la cultura boricua, según la nueva titular del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), Carmen Ruiz de Fischler.

De acuerdo con la experta en historia del arte, en la Isla conviven ambas lenguas como idiomas oficiales y la realidad demográfica apunta a que casi cinco millones de boricuas hablan predominantemente el inglés, porque viven en Estados Unidos.

“Cómo nos vamos a entender con ellos”, cuestionó Ruiz de Fischler en una extensa entrevista con este diario en la que abordó el puntilloso tema del idioma, una controversia que siempre ha estado vinculada a la defensa de la cultura puertorriqueña.

La directora ejecutiva del ICP no ve contradicción alguna entre su función de preservar lo auténticamente puertorriqueño y considerar que el idioma de Shakespeare es parte de nuestra cultura.

“¿En qué idioma estamos hablando? No se nos ha ido el idioma español por hablar el inglés”, le dijo a este diario.

Ruiz de Fischler expresó, sin embargo, que los alcaldes deben abstenerse de usar sólo el inglés en las señales de tránsito o a la hora de denominar, por ejemplo, las guardias municipales con el sustantivo police.

“El ICP no tiene injerencia en este asunto. Pero creo -indicó que por lo menos deben utilizar los dos idiomas, que son los idiomas oficiales de Puerto Rico: el inglés y el español”.

En cuanto al debate que se suscitó bajo la incumbencia de José Luis Vega, cuando éste utilizó fondos del National Endowment for the Arts para un concurso de poesía en inglés, Ruiz de Fischler sostuvo que esa disputa se peleó aquí hace 15 años.

“Hay unas cosas que se debaten en un momento dado y eventualmente el tiempo y la historia te dan las respuestas. Hay cinco millones de puertorriqueños allá (en Estados Unidos) y hay poetas y dramaturgos que se consideran artistas puertorriqueños y su idioma es el inglés”, insistió la titular del ICP, quien ya había dirigido esa institución bajo Carlos Romero Barceló.

Sobre el español, puntualizó que lo importante es escribirlo, hablarlo, pronunciarlo y articularlo bien. Conocer una pluralidad de idiomas, agregó, no debe ser un privilegio.