Las más de 20 familias en la comunidad El Peligro de Lares, que hace casi una década se trasladaron hacia un nuevo complejo de viviendas públicas para mejorar su estilo de vida, se arrepienten de haber renunciado al pobre, pero tranquilo lugar donde convivían.

Ahora los vecinos de El Peligro comparten forzados un espacio residencial atestado de aguas negras, mosquitos y enfermedades. Todos carecen de electricidad en las áreas comunes y las instalaciones sucumbieron al moho y a las filtraciones.

“Estos son todos los medicamentos que tengo que tomar porque de tanto respirar la peste y limpiar las aguas negras me enfermé y paré en el hospital de emergencia”, declaró el residente Ángel Rodríguez, de 76 años, mientras mostraba a EL NORTE un dispositivo rústico que creó, para evitar que las heces fecales de la comunidad, se desborden desde su inodoro.

Rodríguez vive en el primer piso del complejo de apartamentos que construyó el programa estatal de Comunidades Especiales en Lares hace ocho años. De ese mismo nivel ya se marcharon varias familias ante la imposibilidad de convivir inundados en aguas negras.

Según los residentes de El Peligro, hace poco más de un año murió la vecina a cargo de efectuar los pagos para el servicio en áreas comunes de electricidad y agua potable. Sin la debida orientación de las autoridades gubernamentales, las familias incumplieron con el pago de las utilidades, sufrieron la desconexión del servicio eléctrico y con ello, dejó de operar la máquina que extraía las aguas usadas de la comunidad.

“Cada vez que alguien baja el inodoro, comienzan a salir aguas negras de los baños en los primeros pisos. Eso ha traído una peste insoportable y una cantidad de mosquitos increíble. Aquí ha habido de todo, zika, chikungunya y dengue”, sostuvo Enid Beltrán de 52 años.

Los vecinos explicaron que antes vivían en pequeñas chozas de madera en la ladera de un riachuelo que rodeaba El Peligro. Reconocieron también el estado de gravedad en el que entonces se encontraba la estructura de sus residencias.

Sin embargo, dijeron que la ayuda del gobierno encareció para ellos los costos de vivienda, pues tras la mudanza a las nuevas residencias, debieron comenzar a pagar utilidades que antes no tenían.

“Yo soy asmática y esto llega a un punto en el que he tenido que irme a casa de mis familiares fuera del barrio porque la peste de este lugar me enferma”, narró Irenia Vélez de 53 años. “La casa que tenía antes se estaba cayendo en cantos, pero vivía más feliz que aquí”, agregó.

Las familias indicaron que con el paso del tiempo las nuevas residencias desarrollaron problemas estructurales. La mayoría de los apartamentos sufre la filtración del agua de lluvia y por consiguiente, enfrentan problemas eléctricos.

“Lo que hicieron aquí fue una porquería. Lo hicieron todo rápido y por fuera todo se veía bien pero por dentro estaba mal. Es una pena porque esto era bien bonito y todos estábamos bien contentos cuando nos mudamos pero ahora no se puede ni vivir y esto no tiene ni 10 años. Esto es nuevo como quien dice”, comentó Vélez.

Los vecinos afirmaron que el alcalde de la ciudad, Roberto Pagán Centeno, les proveyó dispositivos para disminuir la reproducción de los mosquitos y proporcionó servicios para destapar el estanque que almacena las aguas negras.

“No hemos sabido de la gente de Comunidades Especiales. Nos han dejado abandonados”, declaró Beltrán por su parte.

Los residentes reclamaron que para comenzar a solucionar los problemas estructurales de la comunidad, necesitan la reconexión del servicio eléctrico común. Para ello, dijeron, es necesaria la intervención del Gobierno Central.

“Esto es una comunidad de mucha gente mayor sin educación. Algunos no saben leer o escribir bien. No sabemos qué hacer”, afirmó Vélez.

Se asoma investigación

El recién electo legislador por el distrito 22, Michael Abid Quiñones,  iniciaría una investigación tras asumir su cargo en enero, para reconocer la viabilidad de reparar las residencias de la comunidad especial en Lares, El Peligro.

 Dicha  pesquisa incluirá, según dijo, la posibilidad de que los residentes tengan que trasladarse a nuevas residencias.

“Por fuera se ve como si esto se puede solucionar con una pintura y una buena limpieza, pero ya estamos viendo que los problemas son mucho más profundos. Las tuberías no son lo suficientemente gruesas, tienen problemas eléctricos y algunas estructuras se están cayendo”, sostuvo Abid Quiñones.

El legislador descubrió recientemente los problemas estructurales de la comunidad El Peligro, donde las aguas negras se desbordan constantemente y los residentes carecen de electricidad y agua potable en áreas comunes.

“Esto me sorprendió porque sacar la gente de donde vivía y verlos en lugares mas bonitos es una muy buena idea. Yo creo que aquí salieron beneficiados los ricos. El pobre salió perjudicado como siempre. Ellos vivían antes en casas humildes, pero no tenían problemas de falta de agua o luz y sin mosquiteros. Ahora tienen que pagar renta, luz, agua y luz común. Salieron de la pobreza, a ser más pobres”, indicó Abid Quiñones. 

El legislador sacó la cara por el alcalde copartidario de Lares, Roberto Pagán Centeno, quien según explicó Abid Quiñones ha hecho lo que los recursos del municipio han permitido.

“El problema es que esto es propiedad del Estado. Es el gobierno central el que se tiene que encargar de hacer algo por las pobres familias de El Peligro”, expresó el representante.

Abid Quiñones afirmó que, al asumir su cargo legislativo en enero, también creará una junta de residentes, asignará un funcionario para seguir las incidencias de la comunidad e increpará a las autoridades estatales, a que se hagan cargo de la titularidad en el servicio de electricidad y agua de la comunidad.