Ocho familias del barrio Zarzal, en Río Grande, están preocupadas porque la única vía de acceso a sus casas tiene dos tramos que amenazan seriamente la seguridad de los conductores y transeúntes.

Resulta que en la PR-967, específicamente en el km 2 dentro de una propiedad privada, hay un puente cuya construcción nunca se completó. También hay otro puente en un ramal anexo que está en pésimas condiciones.

“El puente que dejaron abandonado es un peligro porque todavía están las varillas ahí y lo que hay es un dron marcándolo y para colmo, el puente que está en la entrada de nuestra comunidad, cuando se inunda, nos deja incomunicados y aquí vive mucha persona mayor”, expuso a este medio uno de los residentes, Marvin Pérez.

Según explicó Pérez, las gestiones que han hecho con el Municipio para que se repare el puente “que está así desde que yo me mudé aquí hace 25 años” no han resultado y la respuesta que reciben del alcalde Eduard Rivera Correa es que hacen falta ayudas federales para realizar esas labores.

“Hace tiempo ya, había un señor árabe de esos que vende cosas de casa en casa y estaba lloviendo bien duro y le dijimos que no pasara, pero él pasó comoquiera. Vino un golpe de agua y se llevó el carro. Si no llega a ser porque tenía la ventana abierta y pudo salir por ahí, se hubiera ahogado”, recordó Ángela Negrón, cuya residencia colinda con el puente en el ramal anexo a la PR-967.

La vecina señaló que el Municipio ha intentado arreglar el puente, pero que la fuerza del río lo deteriora rápido. Indicaron que cada vez que vienen tormentas o lluvias, quedan incomunicados. “Vivimos presos aquí”, lamentó la mujer que en una ocasión precisó de ayuda médica y la ambulancia tuvo que esperar a que disminuyera la crecida del río para pasar.

Del mismo modo, la líder comunitaria Lila Pagán aseguró que tanto el puente del ramal, como la construcción abandonada en la PR-967 representan “una desgracia a punto de suceder”. “Están esperando a que pase una tragedia como la de Naguabo para venir a hacer algo”, dijo Pagán. En agosto, cuatro personas murieron luego que su auto cayera al río Hippie, de ese pueblo, tras intentar cruzar un puente en condiciones similares.

“Ya en el puente del ramal alguien se fue una vez y ese puente en construcción que abandonaron es un peligro, el día que un carro venga esmanda’ o y se vaya por ahí pa’ abajo se van a matar porque ahí están todas las varillas y los pedazos de cemento que dejaron”, alertó la vecina.

Ángel González Gamud, director de la Oficina de Obras Públicas del Municipio de Río Grande, dijo conocer las condiciones en que está el tramo de la PR-967 y aseguró que hace poco hizo una inspección ocular . “Allí hay dos problemas. El del puente del ramal es el que le toca al Municipio por ser una vía municipal, pero el puente abandonado es una vía estatal que le corresponde al Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP)”, explicó. Aseguró que el 13 de agosto, personal de su oficina se reunió con funcionarios del DTOP para discutir la situación.

González Gamud sostuvo que el puente abandonado está en un terreno privado, lo que dificulta la intervención de las autoridades, aunque no precisó si existen mecanismos legales que permitan declararlo estorbo público y atender la situación. “El puente del ramal lo hemos arreglado varias veces, pero la corriente allí es muy fuerte. El Municipio no tiene los recursos económicos para hacer una reparación permanente, pero a corto plazo, estamos tomando medidas para repararlo”, puntualizó.

Agregó que la solución consiste en elevar la vía para evitar que el río la impacte.