Saber que estaba contagiada del letal coronavirus tomó Elika Marie Crespo Roldán completamente por sorpresa, y sobreponerse a la situación conllevó un sinnúmero de vicisitudes, pero eventualmente pudo llegar al punto en que se convirtió en donante de plasma para ayudar a otros a curarse de la enfermedad.

“La realidad que están pintando es bien diferente a lo que realmente ocurre”, afirmó Elika en referencia a lo que pasa con las personas que dan positivo a Covid-19 y pasan por el contagio en su casa.

Relató que, para empezar, su contagio ocurrió antes de que se decretaran las medidas de cuarentena, cuando apenas se empezaba a hablar de la posibilidad de que llegara el virus a la Isla. Detalló que fue en una fiesta de cumpleaños para el 13 de marzo, en la que participaron unas 20 a 25 personas, en un negocio privado en Isabela.

“No había restricciones, ni cuarentena ni nada. Para entonces se empezaba a hablar del asunto (del Covid-19), con lo del Día Nacional de la Zalsa. Era una fiesta privada en un negocio nuevo, al otro lado de la Isla. Nadie sospechaba nada, nadie había viajado ni nada. Y tenemos siete contagiados”, comentó.

Agregó que “fue una bendición” que días después se decretara la orden ejecutiva de restricción de movimiento y cuarentena, “porque muchos del grupo (en la fiesta) trabajamos con planes médicos, con personas de más edad, gente que son más vulnerables”. Como ninguno era personal esencial, pudieron permanecer en sus casas.

Entonces, unos cinco días después de la fiesta en la que creen ocurrió el contagio, sintió un extraño dolor de cabeza, y dolor en cuerpo, “como si fuera una monga”. Pero ya para el viernes no tenían ningún malestar, así que el sábado salió a hacer compras al supermercado, tomando todas las precauciones. Fue la única salida que hizo, y por supuesto no tenía ni sospecha de lo que sucedería horas después.

“El domingo de esa segunda semana de cuarentena, me llama una amiga que estuvo en la fiesta, y me dice que no se sentía bien, que le dolía el cuerpo, y que tenía un ‘rash’ en el cuerpo. Para entonces ni se había dicho que otro síntoma es el ‘rash’. A ella, bendito, le ha dado de todo”, contó Elika.

La amiga fue a un hospital, le hicieron pruebas de micoplasma e influenza, que dieron negativo, “y la mandan a la casa, porque no tenía historial de viaje”.

Gracias a un amigo médico, es que consiguen que le hicieran una prueba en un laboratorio privado, cuyo resultado tardó varios días en llegar.

“El 29 de marzo le dan el resultado y me llama y me dice que es positivo. Ahí, responsablemente, comenzamos a llamar a todos, porque la fiesta fue el último lugar que estuvimos reunidas antes de la cuarentena. Y responsablemente dije me voy a hacer la prueba, y a mi pareja y mis hijos”, agregó.

Sin embargo, todo tuvo que gestionarlo de manera privada, a través de un doctor que le hizo un referido, y luego con un laboratorio privado. Afortunadamente, aseguró, cuenta con las conexiones y un plan médico que cubrió el costo de las pruebas. Su pareja, hizo el proceso a través de Veteranos, “que ahí es bien diferente, y lo llamaron para dar seguimiento y todo”.

El laboratorio le dio resultados en 48 horas. “Salimos positivos Carlos (su pareja) y yo. De las otras personas, una amiga, su esposo y su hija que es menor de edad, también dieron positivo. El esposo de ella tuvo pérdida de olfato y gusto”, comentó.

“Cuando yo salgo positivo, ya todos los demás se asustan y se hicieron la prueba. Y ahí hubo otro positivo más. Todos fueron con pruebas moleculares”, afirmó.

“Gracias a Dios estábamos en cuarentena. Y ella (la amiga del primer positivo) tuvo síntomas más severos. Si no ni nos enteramos”, comentó.

Afortunadamente, sus hijos dieron negativo en las pruebas, y se fueron con su papá. Comoquiera, acotó, se mantuvieron en cuarentena por dos semanas. “Luego les volvimos a hacer pruebas rápidas y gracias a Dios, están negativo completo”.

Pero, aseguró Elika, “de verdad fue todo bien difícil. No sabía bien qué hacer. Tú te levantas todos los días con lo del Covid, las estadísticas están mal, no tenemos datos, no se habla de los recuperados. Y lees los comentarios de la gente y dices, ‘que terrible, eso no es real’. Las pruebas se están haciendo tan lentamente que a lo mejor muchos son contagios desde antes de la cuarentena. Así que le digo a todos que lo mejor es permanecer en las casas”.

“Pero da un poco de inseguridad. Yo me decía, cómo es posible, no he salido, he tomado las medidas. Te preocupas por tus hijos. A lo que hacen las pruebas y llegan los resultados, es una presión bien grande, y a la vez pensando que los síntomas se puedan poner peor, que no puedas respirar. A mi amiga, por ejemplo, le dieron más síntomas”, describió.

Por si fuera poco, aseguró que de parte del Departamento de Salud “no hay un buen seguimiento”. Sí le llamó una persona, “muy amable”, que hizo varias preguntas. Habló con ella algunas veces más, y le llegó a preguntar por su hija. “Pero no es como que te den instrucciones, que te digan qué hacer, con quién, que te pidan evidencia de las pruebas”.

A falta de esa tan necesaria orientación, agregó, decidieron seguir las guías del CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades).

“Pero no es que te lo estén exigiendo, que te digan de otra prueba, que te pidan que le envíes la evidencia”, sostuvo. “Además te dicen que 15 días de cuarentena, pero en el caso de mi amiga lleva más de 15 días, y se siente mal, y sigue dando positivo”.

“O sea, que no hay un método de rastreo. Si no haces las cosas por tu cuenta, no salen. Y los planes médicos están cubriendo las pruebas, pero muchos ni saben. En el laboratorio, para repetir la prueba, me dijeron que el plan solo cubría una prueba. Tuvieron que llamar para corroborar. O sea, el mismo personal del laboratorio no sabía bien. La gente tampoco sabe”, lamentó.

“Y no todo el mundo tiene los $120 para la prueba molecular, o los $40 o $45 para la prueba rápida. No hay claridad con eso, si necesitas un referido”, repasó.

En total, se tuvo que hacer cinco pruebas, tres moleculares y dos rápidas. Todas las cubrió su plan médico.

“Y a veces lo ponen todo tan difícil que la gente se quita. Gracias a Dios, yo pude tener educación, y gracias a mis conocimientos y conexiones pude hacer todo, porque si espero por el proceso de Salud, no sale nada. Mira la historia de ese muchacho que el papá cuenta que no le hicieron las pruebas y murió”, lamentó.

“Y le puedo decir, porque trabajo en servicios, con deambulantes, con planes Advantage con gente que vive en condiciones terribles, que no tienen conocimientos, y creo que el gobierno ignora eso. Y si no tes sientes mal, no te hacen las pruebas, y eso te da un falso sentido de seguridad”, insistió.

“Es frustrante, porque te das cuenta que esto era al garete. No había un sistema. Te das cuenta que hay personas que por cuestión política están en posiciones claves y no saben nada. Mira lo que pasa con las estadísticas, no pueden tener unos números básicos”, lamentó. “Y ya no hay remedio. Así que por eso digo que hay que cuidarse, y mi recomendación es que se queden en casa. Y yo se que es algo que desespera, y para colmo las ayudan tampoco llegan, y hace la realidad más difícil”.

Pese a todos los malos ratos y frustraciones, Elika no vacila en dar a conocer su historia con el Covid-19 y más importante aún, ha dado el paso al frente para convertirse en donante de plasma con la idea de poder ayudar a recuperar y sanar a más personas.

“Claro que hay miedo, y el discrimen (contra la gente contagiada) es real. Pero la mejor manera de atender esto es parársele de frente. Así que cuando vi lo de la muchacha que había hecho la donación en San Juan, llamé y pregunté, y se pusieron bien contentos porque es algo que necesitan”, comentó.

Describió que le dieron las indicaciones de que debía dejar pasar 15 días y tener una prueba molecular negativa. Entonces, le indicaron comunicarse con el Banco de Sangre de Servicio Mutuos, en Guaynabo, le pidieron someter evidencias de los resultados positivos, de la prueba negativa, lo evaluó el director médico, y le dieron una cita para este martes, a la que acudió a hacer el proceso de donar plasma.

“Es un proceso bien interesante. Te sacan la sangre y pasa por una máquina que divide el plasma y los otros elementos de la sangre que te los devuelven al cuerpo”, relató.

Elika aseguró que hay otros del grupo que se contagió junto con ella que también están dispuestos a donar plasma.

“Es algo que está comenzado, pero creo que es una responsabilidad social. Es una manera de ayudar, de dar esperanzas”, insistió, aunque reiterando su denuncia “ahora mismo no se sabe cuántos se han recuperado, que pudieran también estar ayudando, porque no se está llevando buena contabilidad”.

En cualquier caso, asegura que ha recibido reacciones muy positivas de la gente una vez se han enterado de su contagio y posterior disposición de donar plasma.

“Así que esperemos que otras personas se animen, y así nos ayudamos todos como podemos, hasta que podamos volver a salir”, afirmó.