Han pasado tres años desde que el puertorriqueño Ángel Nieves Díaz fuera ejecutado en una cárcel en Florida-mediante una inyección letal- como método de castigo por un asesinato ocurrido en Miami.

Familiares, amigos y activistas recordaron ayer la fatídica fecha con una vigilia que denominaron Encendiendo la esperanza. Este evento pretendía crear conciencia en la comunidad sobre los esfuerzos que se realizan a nivel local e internacional con el fin de que “acabe la barbarie de la pena de muerte” que amenaza la vida de otros 21 boricuas que están sentenciados a la pena capital, en Estados Unidos.

“Por encima de la tristeza que nos provoca la muerte de Ángel, queremos llevar un mensaje de alerta, apoyo y esperanza para los familiares de esos 21 puertorriqueños que esperan por ejecución en seis estados de los Estados Unidos”, explicó Carmelo Campos, coordinador general de la Coalición Puertorriqueña contra la Pena de Muerte.

Campos agregó que el evento, en el que se encendieron unas velas y se colocaron los nombres de los sentenciados en un árbol de Navidad que representaba la esperanza de la organización, también buscaba llamar la atención pública hacia la posible sentencia de pena de muerte que podrían enfrentar este año otros dos sujetos, cuyos casos se están viendo a nivel del Tribunal Federal en Puerto Rico. Explicó que se trata de Edison Burgos, acusado del asesinato de su compañera consensual, quien era informante de la DEA; y Lashuan Casey, quien se alega asesinó a un agente encubierto de la Policía en hechos ocurridos en el área este.

“El caso de Ángel demostró que es una ilusión decir que hay forma humana de ejecutar. La muerte nunca debe ser opción como método de castigo”, dijo, por su parte, la criminóloga y socióloga Lina Torres.

Con Torres coincidieron las hermanas de Nieves Díaz, Julia y Magdalena, quienes lamentaron con lágrimas el triste final de su único hermano varón, quien pasó sus últimos 34 minutos de vida agonizando – el doble de lo usual- pues la inyección fue insertada incorrectamente y tuvo que recibir una segunda dosis.

“Es triste volver a recordar su muerte, pero más pena nos da saber que hay 21 puertorriqueños esperando por su ejecución. Eso sí que es triste, para esas personas y para sus familias”, dijo Julia.

Magdalena, por su parte, instó a los parientes de los condenados a muerte a no desesperar ni perder la fe y les recordó lo importante que es para el reo recibir apoyo de las personas que aprecian.

“Nosotros nunca abandonamos a Ángel y, al final, fue él quien nos dejó un mensaje de esperanza”, expresó Magdalena en medio del evento en el que se esperaba la participación telefónica de Juan Meléndez, absuelto tras pasar más de 17 años esperando su ejecución por un crimen que no cometió.