El llamado al pueblo para que acudiera a consumir y hacer turismo en los negocios de los pueblos del suroeste más afectados por la secuencia de sismos encontró eco, y este fin de semana miles de personas respondieron, según pudo constatar Primera Hora durante un recorrido dominical por Lajas y Guánica.

En particular en Guánica, uno de los pueblos más golpeados por los sismos que comenzaron desde finales de diciembre y tuvieron su punto culminante con el terremoto de 6.4 de la madrugada del 7 de enero, largas estridentes caravanas de vehículos abarrotaron el malecón del pueblo.

Si bien todavía era reducida la cantidad de negocios operando en Guánica, eso no detuvo caravanas que llegaron desde todos los rincones de la Isla para abarrotar esos lugares abiertos, aprovechando que la actividad sísmica finalmente muestra cada vez más señales de ir disminuyendo.

Desde San Juan, Juana Díaz o la vecina Guayanilla, no faltaron quienes se sumaran a las hileras de vehículos todoterrenos, motoras y las ya conocidas guaguas de chinchorreo, bajo lemas tales como “Puerto Rico con el Sur” o “Guánica se levanta”.

Aunque fue casi imposible conversar con los visitantes, por el nivel de la música y las sirenas que les acompañaban, por lo poco que pudieron decir está claro que el denominador común de todos era el deseo de ayudar con su visita a que se vayan recuperando los pueblos del sur y suroeste.

Tal panorama era un aliento para los atribulados comerciantes, que por las pasadas semanas apenas han podido vender mercancía.

Incluso para algunos que no han podido operar, el mensaje de las calles repletas de visitantes les llenaba de ánimo, tal como expresó Anthony Cruz, del negocio Jibarito en Playa, que estaba en medio de unas reparaciones con miras a reabrir en pocos días.

“Estamos reforzando el edificio como tal, ya que esa área quedó un poquito afectada, ya que los expertos dicen que el golpe prácticamente vino de este lado (apuntando a la bahía). Estamos reforzándolo, haciéndole columnas de tres por tres, a tres de profundidad pa’ sostener este lado mucho más fuerte, pa’ ayudar más al edificio como tal”, explicó el comerciante. “Pero ya como en eso de un mes, si Dios lo permite, estamos abriendo el negocio”.

Cruz resaltó que la presencia de visitantes va a ser vital para levantar el pueblo.

“Qué vengan y nos apoyen. Porque a pesar de todo lo sucedido, Guánica tiene muchas cosas bonitas. Ya abrieron la carretera, la 333 pa’ Gilligan, pa’ ir pa Caña Gorda y Copamarina. En el malecón, pues ya nos abrieron esta área aquí. Y tú ves hay mucho flujo de carro. Estamos poco a poco levantándonos y se va a hacer. Se va a lograr”, insistió.

“Ya hay otros negocios abiertos. Y nosotros, en un mes, si Dios lo permite, arrancamos por ahí pa’ abajo. Reforzados, pa’ que se sientan seguros. Y vienen cosas buenas pa’ este edificio”, aseguró.

En la zona de La Parguera, en Lajas, también había considerable actividad turística, luego de semanas en las que, según la gente del lugar, apenas se vio llegar a algún visitante.

El Vintage Pizza, negocio del conocido exjugador de baloncesto José “Piculín” Ortiz, estaba lleno de clientes que, además de disfrutar de los platos, recibían el saludo del deportista, quien se tomaba el tiempo de ir por cada mesa y además fotografiarse con los clientes que así lo deseaban.

Entre ellos estaba la familia de otro atleta, el futbolista Héctor “Pito” Ramos, que había viajado desde temprano desde Maunabo para repartir dulces caseros a refugiados.

“Ha llegado la gente y estamos muy agradecidos, muy agradecidos”, afirmó Ortiz, recordando que esa actividad turística “es de lo que nosotros vivimos”.

“Aquí estamos ‘ready’. Aquí no hay ningún problema… tiembla, pero está tranquilo. Todo está funcionando, hoteles, restaurantes, viajes a la bahía bioluminiscente, viajes a buceo, viajes a ‘scuba’, todo. Aquí en La Parguera estamos todos listos para recibirlos a todos. Y este ‘week end’ creo que sí se ha notado la diferencia”, expresó Ortiz.

El exbaloncelista comentó que ah tenido un mes “difícil”, pero aseguró que “tenemos que seguir dando cara, y buscar la manera de hacer esto: provocar que la gente llegue y nos siga apoyando. Así es como único la zona va a seguir mejorando poco a poco”.

“Obviamente el puertorriqueño siempre se desborda por los hermanos que sufren, y yo creo que eso es lo que se está demostrando, que la gente está ayudando a la zona. El puertorriqueño, pues como siempre, de buen corazón, y eso lo agradecemos mucho”, agregó. “Sin la gente no podemos tener nada. Qué sigan viniendo, que nos sigan visitando y que sigan disfrutando de La Parguera, que estamos listos para recibirlos a todos”.

De igual forma, Ortiz expresó agradecimiento porque el gobierno atendiera los pedidos que han hecho a través de la asociación de comerciantes para ayudar a la zona con diversos alivios contributivos, como la exención del pago del IVU.

Un espíritu de renacer similar se respiraba por todo el pueblo, sus tiendas, hospederías, restaurantes y otros negocios.

“Este fin de semana se ha visto movimiento. Por lo menos las campañas, las promociones, la gente que nos ha visitado nos está dando una buena oportunidad para poder resurgir. Ha habido movimiento de huéspedes en las hospederías, en el restaurante hemos visto desde ayer, desde el día de San Valentín, bastantes familias. Todo el mundo está todavía con su susto y su cosita, pero con precauciones y cosas nos han visitado este fin de semana”, describió con evidente satisfacción Belinda Vélez quien opera en la zona los restaurantes Puerto Parguera y La Fogata, así como la hospedería Costa Parguera.

“Dentro de la situación, pues obviamente estamos viendo una luz al final del túnel. Porque han sido dos largos meses en una pausa económica, donde las ventas bajaron considerablemente”, comentó Vélez. “Así que los exhortamos a que nos sigan visitando porque la economía del sur de verdad que la necesitamos levantar. Estamos con las puertas abiertas”.

“Gracias a Dios, se ha visto un movimiento de la gente, por lo menos visitarnos. Todavía no ha llegado aquel público que recibíamos de todos los domingos, los chinchorreos, las guaguas”, acotó, resaltando que, en comparación con pueblos vecinos, “La Parguera, gracias a Dios, está bien. Toda la playa se puede visitar, todos los lugares están bien”.

De igual forma, se expresaron en otros negocios del malecón de La Parguera. Según Ángel Pérez, de Carmen’s Shell Shop, en días pasado apenas habían visto movimiento, y la tendencia cambió este fin de semana.

“Está empezando a subir el negocio. Parece que la gente se está acostumbrando. Está el miedo, pero como que han cogido más ánimo de venir a La Parguera”, comentó. “Este fin de semana, desde por la mañana se está moviendo, las lanchas de paseo están saliendo”.

De hecho, había incluso filas, aunque pequeñas, para tomar las lanchas de paseo hacia algunos de los cayos del área más visitados como, Cayo Caracoles.

En la bahía, además, había decenas de lanchas, botes y motoras acuáticas yendo y regresando de un lado a otro.

“Tan pronto pasó lo que pasó (el terremoto más fuerte) nos bajó completamente la cantidad de personas. Ya desde ayer se vio mucho más movimiento que en los fines de semana pasados”, comentó Edgar Rodríguez, quien opera un bote en el negocio Gina’s and Johnny’s Boat.

Aseguró que, de un promedio de cinco a siete viajes diarios, bajaron a “un viaje al día o si acaso ninguno”, y se vio en la necesidad de tener que usar parte de sus ahorros para poder pagar deudas.

“Ya ha bajado la intensidad de los sismos. Y ya el público parece que se está alentando y ha perdido un poco el miedo y está comenzando a fluir. Esperamos que en dos o tres semanitas más fluya normalmente todo”, agregó, tras su tercer viaje del día apenas comenzada la tarde. “Esperamos que siga mejorando como está esto. De esto vivimos nosotros, del turismo”.

Muchos de los negocios, incluso, estaban promoviendo una amplia variedad de ofertas especiales en aras de atraer todavía más visitantes y demostrar que el sur, poco a poco, comienza a resurgir.