Vive para contar sus experiencias con San Felipe y María
Don Cuca, natural de Coamo y residente en el barrio Coco Nuevo en Salinas, nunca imaginó que 89 años después volvería a ver un huracán similar al que, por poco acaba con su vida.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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Santos Simeón González Rivera, conocido cariñosamente como Don Cuca y de 107 años, es uno de los pocos testigos que viven para contar y comparar los daños que trajo la furía de los vientos huracanados de San Felipe, el 13 de septiembre del 1928, y del ciclón María, el 20 de septiembre pasado.
San Felipe, con categoría 5, cruzó la Isla de sureste a norestes con vientos de 160 millas por hora (mph), causando la muerte a unas 312 personas, aproximadamente. Los daños que dejó se calcularon en $50 millones.
María, con categoría 4, su ojo tocó tierra por Yabucoa con vientos de 155 mph, dejando a su pasó una decena de muertos. Al momento se desconoce con exactitud la suma de los daños al País.
Don Cuca, natural de Coamo y residente en el barrio Coco Nuevo en Salinas, nunca imaginó que 89 años después volvería a ver un huracán similar al que, por poco acaba con su vida, la de sus progenitores y tres hermanos.
“No pensé que volveria a ver un huracán como San Felipe, fue el más fuerte hasta que llegó María. La casita de mis padres era de paja y de palos de tachuelo. Recuerdo que mi madre estaba en la cocina preparándonos un funche, cuando se sintieron las primeras rafagas de viento, la olla junto a la cocina de latones y palos cayó en una quebrada que pasaba cerca de la casa”, recordó el octogenario.
Añadió que los vientos “achicaron nuestra casa”, en el sector conocido como La Joya, donde hoy están los terrenos del Campamento Santiago de Salinas, “y nos cayó encima”.
“No hay comparación. María fue el diablo, fue mucho más fuerte porque en cuestión de horas acabó con el País. Para San Felipe no se cayeron tantos palos ni casas, solamente las viró y eso que eran de paja y madera...no vi tantos destrozos como los que estoy viendo ahora, comentó González Rivera, al comparar la magnitud de los destrozos de ambos ciclones.