Vulnerables niñas que piden en la calle con poca ropa
Este tipo de actividad extiende el sexismo a la vida de estas niñas.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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¿Hasta qué punto podrían las agencias gubernamentales intervenir en los casos en que niñas utilizan poca vestimenta cuando participan de actividades de recaudación de dinero en la calle? ¿Se utiliza la sexualidad de las menores para lograr el recaudo? ¿Cuáles son los mayores riesgos en este tipo de escenario?
Éstas y otras interrogantes fueron analizadas por varios profesionales consultados por Primera Hora, ante la preocupación de que este tipo de conducta sea un canal para las personas maliciosas que pudieran ver en estas menores presas fáciles para cometer abusos o explotación infantil o para promover el sexismo.
De hecho, el asunto es tema de debate en los movimientos feministas, pues mientras unos piensan que una vestimenta no es justificación para violar la dignidad del ser humano, hay otros que opinan que este tipo de actividad promueve el sexismo.
Para la fundadora y directora ejecutiva de Matria, Amárilis Pagán, este tipo de escenario es un ejemplo más de cómo durante años las mujeres han sido un objeto que se utilizan como estrategia de mercadeo y venta de producto.
“Este tipo de actividad extiende el sexismo a la vida de estas niñas porque no podemos dejar pasar por alto que las mujeres siempre han sido objetos de venta y lo vemos en los anuncios de carros, de bebidas alcohólicas y hasta de perfumes. Vemos esa utilización del cuerpo de las mujeres en las que se les resalta como objetos sexuales... Y en ese sentido, es lo mismo cuando vemos que las ponen con pantaloncitos o camisas cortitas en las luces y otros espacios para pedir dinero o cuando las compañías las utilizan como estrategia de mercadeo en tiendas. El mensaje que se les lleva a estas niñas es que dejarse utilizar está bien y que su cuerpo vale en función de lo que puedan vender”, opinó Pagán.
Pero, y ¿qué pueden hacer las agencias gubernamentales para evitar la situación?
La solución, según Pagán, es promover la equidad de género.
“Un buen comienzo es la inclusión de un curso de equidad de género en el currículo del Departamento de Educación. Pero como de eso no se quiere hablar y se prefiere silenciar pues tenemos este tipo de situaciones, como el de las niñas, que se tornan grises”, expresó la también abogada.
Por otro lado, para la socióloga y profesora universitaria Palmira Ríos, hay que “respetar a las otras personas independientemente de que se esté semidesnudo”.
“El respeto es parte de la responsabilidad ciudadana y eso es lo que se debe promover. La vestimenta no es justificación para transgredir a nadie y mucho menos a un menor que tiene el mismo derecho a la dignidad que cualquiera de nosotros”, manifestó Ríos al hacer alusión a que los tiempos han cambiado y que con la transformación los jóvenes han variado su forma de vestir.
“La vestimenta se ha convertido para los jóvenes en una forma de expresión y para mí lo más importantes es que nosotros como personas ya adultas no nos dejemos llevar por las pasiones. No porque veamos a alguien atractivo se va a incurrir en acciones o expresiones que puedan transgredir. El respeto es primordial”, expresó quien aun así reconoce que “este tipo de comportamiento podría desembocar en un problema de seguridad para los jovencitos que son más vulnerables.
Por su parte, la secretaria del Departamento de la Familia, Yanitisia Irizarry, dijo mediante comunicación escrita que su agencia tiene el compromiso de intervenir “en toda situación donde los menores puedan estar en riesgo”.
“Cabe destacar que el Departamento de la Familia ha intervenido en múltiples ocasiones con menores de edad vendiendo chocolates a altas horas de la noche en Condado y otras áreas de Puerto Rico. En estos casos identificamos a los padres e investigamos”, dijo en términos generales. Mientras exhortó a los padres a supervisar adecuadamente a sus hijos, evaluar los factores que puedan aumentar la vulnerabilidad y no poner en riesgo la seguridad de sus hijos.