La organización de ayuda humanitaria World Central Kitchen (WCK) se ha convertido en un símbolo de solidaridad y esperanza en momentos de desastres, llevando alimentos a las personas más necesitadas, y en esta ocasión, luego de la secuela de problemas que dejó el huracán Fiona en Puerto Rico, no ha sido la excepción.

Por el contrario, WCK estableció un centro de operaciones en Ponce, desde donde se han distribuido unos 45,000 platos diarios, aunque podrían llegar hasta 100,000 si fuera necesario, según expresó el líder de la organización, el reconocido chef español José Andrés.

“Antes que nos diéramos cuenta estábamos haciendo ya 44 a 45,000 comidas. Lo que pasa que hay días que como durante el día nos van llegando nuevas comunidades, pues ya tenemos los equipos y si no es de aquí pues de otras cocinas”, comentó el chef.

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“Mañana lunes ya estaremos en 50 (mil). Pero que si hay que llegar a 100,000, llegamos a 100,000. Ni más ni menos. No es tampoco dar comida por darla, no queremos quitar la responsabilidad. Pero en sitios que no hay bancos, en sitios que no hay infraestructura, en sitios que no hay puentes, en sitios que no hay supermercados, en sitios donde la gente lo necesita, ahí, como ves en el mapa, pues vamos cerrando sobre las zonas de montaña”, afirmó José Andrés, parado frente a un gran mapa de Puerto Rico en el que había decenas de tachuelas marcando los lugares donde están distribuyendo alimentos, desde el área metropolitana de San Juan, hasta zonas de Caguas, Ponce el centro montañoso, el sur y el oeste desde Cabo Rojo a Aguadilla.

El chef destacó que en Puerto Rico se aprendió mucho con la experiencia del huracán María y “aquí no es que haya venido World Central Kitchen desde afuera, aquí es puertorriqueños ayudando a puertorriqueños”.

“Yo soy un voluntario más. Los sistemas están en marcha. Nunca sabes dónde vas a acabar montando las cocinas. Ahora es aquí con esta gente de Meliá (Century de Ponce) que nos han ayudado. Otras veces ha sido otros lugares. Pero ya tenemos 14 (16) restaurantes y ‘food trucks’ muy estratégicamente. Y si tenemos que abrir más restaurantes... al final es gente con mucho cariño, con muchas ganas, que nos quieren ayudar y se convierten en los centros”, añadió.

Explicó que según la capacidad y la zona que sirven esos restaurantes y ‘food trucks’ que sirven de centros elaboran 1,000 o 2,000 comidas y otros más grandes, como la cocina instalada en el estacionamiento del Meliá Century hacen 15,000 o más comidas.

Agregó que, en esta ocasión, contrario a la enorme cocina que montaron en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, prefirieron hacer algo “no algo tan masivo con el ‘Choli’, pero muchos más restaurantes, mucho más cercanos, para que no tengamos que conducir tanto de punto A a punto B”.

Además de los esfuerzos que está llevando a cabo WCK en Puerto Rico, el chef José Andrés destacó que la organización está activa en varios otros países y estados, con voluntarios de muchas partes del mundo, además de los puertorriqueños.

“Ahora mismo estamos en República Dominicana, Canadá, Alaska, en Florida con dos equipos, las Islas Caimán, aparte Pakistán y Afganistán, aparte Ucrania que seguimos con medio millón de comidas al día”, comentó José Andrés, agregando que también están montando esfuerzos en Cuba, donde se espera que golpee en las próximas horas el huracán Ian, en su porción occidental.

“A mí lo que me da mucho orgullo es ver que hemos podido crear una organización que siempre fue mi sueño, de que en emergencias, estar al lado de la gente, con agua, con comida. Grandes problemas tienen soluciones muy fáciles. Aquí vamos a estar al lado de la gente, al lado del gobernador, al lado de los alcaldes, pero sobre todo, de esas comunidades que más nos necesitan”, afirmó José Andrés, mientras su equipo terminaba de montar comidas a varios vehículos, para visitar varias comunidades en zonas montañosas.

“Al final yo digo que esta organización es de todos. ¿Y por qué funciona? Porque todos quieren que funcione, porque va en el mejor interés de todos. Es una ONG que ha crecido con ese espíritu. Y yo obviamente he sido el fundador, pero no dejo de ser un voluntario más. Vengo a ver que las cosas se sigan haciendo, a susurrar a los líderes si veo que hay algo que se pueda hacer mejor. Y luego hacer lo que me gusta, que ahora ya he venido a dar un abrazo a todos, que me hacía mucha ilusión, montarme al coche y empezar a irme comunidad por comunidad para ver la situación y dar toda la ayuda posible, lo más rápido posible”, insistió el chef, antes de salir rumbo a comunidades de Utuado a repartir comidas.