En el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, principalmente en las áreas de entrada o llegada de pasajeros, se escucha un particular pregonar: “maleteeeros”. Son recursos que se ganan la vida cargando pertenencias de viajeros a cambio de propinas y que, tras el impacto de la pandemia en la Isla, han pasado las de Caín para subsistir y tener un ingreso digno.

John Rivera es uno de los maleteros con más tiempo en el aeropuerto. El próximo 21 de diciembre conmemora 40 años en esta profesión, con la que levantó a una familia y logró que sus dos hijos estudiaran en universidades.

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Relató que por septiembre ser parte de la temporada baja de turismo y estar en medio de la pandemia del COVID-19, la situación laboral que enfrentan “está mala”.

“Acuérdate, que como está la pandemia y la gente le coge miedo. Ahora mismo, yo casi no trabajo por eso, porque no me atrevo a venir a trabajar, que no me vaya a dar COVID. Mucha gente no respeta la distancia de cada cual”, comentó.

Pero, más allá del COVID, la queja principal fue que pocos pasajeros reclaman sus servicios y muchos no los remuneran como corresponde.

“Ahora mismo, voy muy mal. Nada más he cogido dos pasajeros y mira la hora que es (mediodía de trabajo). Y no me están pagando bien. No sé por qué, porque yo doy un buen servicio”, afirmó el hombre de 61 años.

Por su parte, Daniel Martínez lleva ocho años como maletero. Acogió la profesión tras dejar de ser camionero.

El trabajador reconoció que ya las personas no cargan muchas maletas como antes, pues implica un cobro de las líneas aéreas.

“Muchas personas viajan con una maleta. Los que viajan con mudanza, viajan con cajas y eso, pues, solicitan nuestros servicios. Otras personas saben que no tenemos sueldo y como quiera utilizan nuestro servicio y nos ayudan dándonos nuestra propina”, contó, al establecer que esa es la realidad del contratista independiente que obtiene un salario de su servicio.

En Puerto Rico existe una cooperativa que ha mantenido a los maleteros laborando por 47 años corridos.
En Puerto Rico existe una cooperativa que ha mantenido a los maleteros laborando por 47 años corridos. (VANESSA SERRA DIAZ)

Sin embargo, Martínez dijo sentirse a gusto con su trabajo.

“Me gusta interactuar con las personas, ayudar a las personas en todo lo que puedas hacer para agilizar el proceso de su viaje. Nosotros tratamos de ayudarle con todo el proceso. Me gusta interactuar con las personas y ayudar a personas mayores, personas en sillas de rueda, pues, nosotros le ayudamos en todo”, detalló sobre la razón para laborar en el aeropuerto.

Es que los maleteros no solo recogen las maletas y las transportan.

Cuando llegan a la Isla, estos trabajadores ayudan a los viajeros a llenar las formas electrónicas requeridas por el Departamento de Salud en esta pandemia del COVID-19.

Asimismo, estos asistentes del viajero orientan sobre cosas que puede o no llevar en el avión. Por ejemplo, les indican, previo a bajar las maletas del auto, que ya no puede trasladar ni pasteles ni morcillas, debido a la fiebre porcina que hay en la República Dominicana.

También llevan el equipaje a la estación del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos para la debida revisión y hasta les ayudan a imprimir sus boletos en las máquinas electrónicas que han instalado las líneas aéreas.

Rose Marie Casillas, que iba de viaje a Florida, fue una de las que fue orientada con todos estos detalles cuando solicitó el servicio.

Requirió a un maletero, “porque no tengo que pasar trabajo yo”, dijo entre risas.

“Además, hay que darles trabajo a ellos, porque ellos dependen de eso para poder vivir. El aeropuerto yo entiendo que no les pagan. Ellos dependen del servicio que le dan a los turistas y a nosotros que somos de aquí, de Puerto Rico”, añadió.

La viajera también destacó que prefiere el servicio de un maletero que pagar por un carrito para cargar sus maletas, ya que “un ser humano es mejor. Por lo menos, él ahora mismito coge mis maletas y las lleva hasta el ‘counter’, la echan, él se gana sus chavitos y le ayudo a su familia. Yo, con mi ‘backpack’ bien cómoda”.

En total, unos 150 hombres laboran en el aeropuerto internacional. El grupo forma parte de la Cooperativa de Servicios y Equipaje y está disponible las 24 horas del día.

¿Cuánto cobran?

Los maleteros boricuas no tienen salario. Subsisten con la propina que solicitan al dar el servicio, que esencialmente son $2 por cada maleta, caja o artículo.

“Que el pueblo de Puerto Rico lo sepa, a veces viene gente y no nos paga y a veces no nos va muy bien y estamos todos los días aquí trabajando...”, lee el mensaje que se hizo viral la semana pasada en las redes sociales sobre la realidad laboral que enfrentan.

En el ir y venir de pasajeros que requieren su asistencia, Jonathan Meléndez, quien lleva 30 años como maletero, dijo que acumula entre $60 a $70 diarios.

“Los que somos socios de la cooperativa, que somos los más viejitos trabajando aquí en el aeropuerto, tenemos un plan médico y plan dental. Son cosas que nos ayudan adicional”, reveló.

En época de muchos viajeros, los maleteros también pueden llegar a hacer sobre $200 diarios, comentó Martínez.

“Gracias a esto, siempre he sustentado a mi familia. Hay sus altas y sus bajas. Esto es como siempre por temporada. Hay su temporada fuerte y este es el momento más recogido, que la gente no viaja mucho…”, expuso.

Para mejorar la condición del maletero, es poco o nada lo que el gobierno puede hacer. La solución, dijeron los maleteros, es que más gente solicite su servicio y se les pague como es debido.

“Que la gente nos pida más servicios para nosotros poder mantener a la familia, porque mucha gente se llevan sus maletas, no quieren ayudar. Ayudan cuando ven el problema allá adentro, que en Agricultura se pone la cola larga y salen otra vez y nos llaman para que nosotros los ayudemos, porque saben que a nosotros nos dan prioridad para pasar al frente. Eso es lo único que nos ayuda a nosotros. Por eso te digo, en Navidad y vacaciones hacemos un poquito más de dinero por la cuestión de la fila”, puntualizó Rivera.

En otras partes del mundo, estos servidores han sido sustituidos por máquinas, en las que obligatoriamente tienes que pagar para poder acceder a un carrito y cargar las maletas. En Puerto Rico, sin embargo, es la única jurisdicción portuaria con una cooperativa que ha mantenido a los maleteros laborando por 47 años corridos.