DORADO. Ya está de vuelta en casa junto a su familia, la niña de 12 años que sobrevivió la tragedia ocurrida el pasado 4 de agosto, y que sacudió a todo Puerto Rico. 

Ayer en la tarde, Yahimilli Mojica Rivera pudo salir del hospital y abrazar a familiares y amigos. 

Su recuperación de las heridas físicas es sin duda notable, aunque todavía tiene que moverse en una silla de ruedas con ayuda de otros, y se espera que tenga semanas de terapias y rehabilitación por delante. 

“Por ahora, ya la nena le operaron sus piernitas. Gracias a Dios la operación salió todo bien, salió un éxito. Ahora, pues, lo que queda es terapia. Esperar la recuperación, y mucha terapia”, comentó Albert Mojica, papá de Yahimilli, luego de agradecer a los paramédicos que transportaron a la niña a su casa en el pueblo de Dorado, y mientras sus primitos le regalaban más besos y abrazos. 

“Pero ella sí va a caminar. Ella sí, eventualmente, pues, va a salir caminando. En nombre del Señor. Poniendo a Dios por delante, que salga todo bien. Pero ella sí va a recuperar sus movimientos de sus pies otra vez, nuevamente”, afirmó el papá con tono esperanzado, aunque aclarando que no había un estimado claro de cuánto podrían durar las terapias. 

La mejoría de Yahimilli supone un gran consuelo para una familia que recibió el golpe de perder a cinco de sus miembros de manera tan súbita y trágica. 

Yahimilli fue la única sobreviviente del accidente que se produjo el pasado 4 de agosto en Dorado, cuando la guagua de un conductor que acababa de ser asesinado por los disparos que le hicieron desde otro vehículo embistió de frente el carro en que la menor viajaba junto a su madre, su padrastro y tres hermanas. Yahimilli sufrió severas heridas que la mantuvieron durante días hospitalizada. 

“Su recuperación es algo de mucha alegría. A pesar de que se me fue una (hija), pero Dios me dio por lo menos una esperanza y alegría… entre todo”, dijo Albert. 

El papá también se mostró muy agradecido con todas las muestras de cariño que han recibido en medio del dolor. 

“Muchas gracias. Estoy sumamente agradecido”, expresó. “Y como he dicho anteriormente, las oraciones llegaron. El Señor nos escucha. Y como he dicho, este es un pueblo de fe, y la fe mueve montañas. Y ahí tienen, pues, este milagrito de vida que Dios nos obsequió”, añadió. 

De hecho, antes que llegara a su casa, Yahimilli fue recibida en una colorida y emotiva actividad que tuvo lugar en la plaza de Dorado, en la que se celebró su vida y se hicieron repetidas muestras de agradecimiento a Dios por “el milagro” de que Yahimilli estuviera entre ellos. 

Entre los participantes había un sinnúmero de miembros de la extensa familia de la niña, que por primera vez en muchos días se mostraron sonrientes tras el enorme sufrimiento que han tenido que atravesar. 

También acudió público en general y decenas de sus compañeros de clases, tanto de la escuela elemental Jacinto López Martínez, como de la intermedia Ricardo Arroyo Laracuente, donde comenzaría clases este curso escolar.

“Ella (Yahimilli) quería ver a sus amiguitos de la escuela y eso. Y, pues, la complacimos”, continuó contando el padre, en referencia a la actividad de recibimiento, donde la sobreviviente fue aclamada y pudo recibir incontables muestras de cariño, así como las promesas de que no la dejarían sola en su batalla para sanar de las heridas. También recibió diversos obsequios para facilitarle el continuar adelante. 

De acuerdo con su papá, la menor estará recibiendo clases en la casa mientras completa el proceso de recuperación.

“Se le hicieron unos arreglos, porque ella no va a poder asistir a la escuela... Para que no pierda su año escolar, van a venir unos tutores a darle clases aquí en la casa para que ella se mantenga al día en cuanto a la materia escolar”, explicó aliviado Albert.