Se acabó el debate: Esta es la forma correcta de poner el papel de baño
Una patente de hace más de 100 años lo deja claro.

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La eterna discusión sobre cómo colocar el papel higiénico —con la hoja por delante, colgando libremente, o con la hoja pegada a la pared— ha generado un sinfín de debates en hogares de todo el mundo.
Esta polémica aparentemente trivial ha dividido opiniones y generado debates familiares y sociales durante décadas, incluso siglos. Sin embargo, un documento oficial registrado hace más de 130 años podría aclarar de forma definitiva cuál es la forma correcta de colocar el papel higiénico: la patente número 465,588, concedida a Seth Wheeler el 22 de diciembre de 1891 en Albany, Nueva York.
La patente que define el diseño y la colocación del papel higiénico
Seth Wheeler, inventor y empresario estadounidense, patentó una serie de mejoras que revolucionaron la presentación y uso del papel higiénico en rollo, un producto que empezaba a consolidarse en la época. La patente 465,588 no solo describe el mecanismo técnico para facilitar la separación limpia y ordenada de cada hoja, sino que también incluye una ilustración que muestra explícitamente cómo debía colocarse el rollo: colgando por encima, de modo que la hoja sobresalga alejada de la pared.

Esta representación no era un mero detalle gráfico, sino parte fundamental del diseño propuesto. El documento indica que la hoja debe estar libre para facilitar su agarre, evitando que la persona tenga que acercar la mano a la pared para alcanzar el extremo del papel. Este detalle resulta clave para entender por qué, desde un punto de vista técnico, la posición “con la hoja hacia afuera” es la recomendada.
Innovaciones técnicas para un uso más eficiente
El diseño patentado por Wheeler incluía características específicas que respondían a problemas técnicos de los papeles higiénicos previos. Entre estas innovaciones destacan unas incisiones laterales en cada hoja, que comenzaban en los bordes y se dirigían hacia el centro sin llegar a unirse, culminando en un corte angular en forma de “V”. Esta estructura permitía que cada hoja se desprendiera con un simple tirón, minimizando el riesgo de desgarrar varias hojas a la vez o dañar las adyacentes.
Además, los bordes serrados y los cortes curvos facilitaban la localización del extremo de la hoja, problema común en rollos anteriores donde el papel podía quedar pegado o difícil de identificar. Este sistema técnico implicaba que la hoja colgante debía estar hacia afuera para que la presión y el tirón se ejercieran de manera óptima y segura.
El contexto histórico del papel higiénico en rollo
Antes de las contribuciones de Wheeler, el papel higiénico no se comercializaba en rollos, sino en hojas sueltas. Joseph Gayetty, en 1857, fue uno de los pioneros en introducir papel higiénico, aunque su formato distaba mucho del actual. El cambio significativo ocurrió a finales del siglo XIX, cuando la Scott Paper Company popularizó el papel higiénico en rollo, una innovación que transformó su uso cotidiano.
En este contexto, las patentes de Wheeler fueron cruciales para perfeccionar el producto, mejorando tanto la presentación como la funcionalidad. La incorporación de incisiones para facilitar el desprendimiento y la forma recomendada de colgar el papel sentaron las bases del diseño industrial que se mantiene hasta hoy.
Con el paso del tiempo, la imagen técnica incluida en la patente de 1891 se ha convertido en un símbolo recurrente cada vez que resurgen las discusiones sobre la orientación del papel higiénico, especialmente en redes sociales y foros en línea. Para quienes defienden la colocación “por delante”, el dibujo de Wheeler representa una prueba clara y definitiva de cuál es la manera correcta de usar el papel.
No obstante, la popularidad del debate también refleja factores culturales, personales y de hábito. Mientras unos argumentan con base en la patente y la eficiencia técnica, otros sostienen que la elección depende de las preferencias individuales, el espacio del baño o incluso tradiciones familiares. En definitiva, aunque la patente apunta a una solución técnica, la controversia persiste en la vida cotidiana.
Más allá de la orientación: la evolución del papel higiénico
La contribución de Seth Wheeler va más allá de la mera posición del papel. Su trabajo ayudó a que el papel higiénico evolucionara de un simple producto funcional a un artículo de uso cotidiano optimizado para la comodidad y la higiene. La comercialización masiva del papel en rollos y su diseño técnico facilitaron su aceptación global y permitieron la creación de nuevos estándares de fabricación.
Este invento, que hoy puede parecer simple, implicó un avance tecnológico relevante para la época y contribuyó a transformar hábitos de higiene en todo el mundo.