¿Quién quiere el suelo, cuando puede tener el cielo?

Esa parece ser la premisa de la firma de arquitectos HAL, en la capital de Inglaterra, que se propone suspender una piscina de 82 pies de largo entre dos pisos de los lujosos apartamentos que construyen en Londres. 

Con 16 pies de ancho y nueve metros de profundidad, la piscina de Embassy Gardens permitirá a los residentes nadar entre ambos edificios mientras admiran las vistas de Londres a través de un cristal completamente transparente, de unas ocho pulgadas de grosor, según informó el portal Dezeen.

La idea es que la piscina parezca un acuario, y desde esa altura no dudamos que los que se atrevan a usarla parezcan pescaditos. Ah, y por si les interesa: los precios de los apartamentos rondan el millón de pesos.