Por los pasados 26 años, me he dedicado al servicio del Transporte Turístico, una ocupación que el gobierno de Puerto Rico bajo la administración de Pedro Rosselló convirtió en un oficio profesional. ¿A qué me refiero? Se creó el taxi turístico, elevando el estándar para competir a nivel internacional y ofrecer un servicio de excelencia.

Hoy ocupamos el quinto lugar en la temporada de 2014-2015, según la encuesta hecha por el Business Reasearch Economic Advisors (BREA) para el Florida Caribbean Cruise Association (FCCA) publicado en octubre del 2015. Taxis Puerto Rico obtiene la posición número 5 de 35 destinos que los cruceros visitan en el área del Caribe en calidad de servicio. Para lograr esto, se aumentaron los requisitos, lo cual hace más oneroso obtener la licencia de operador, incluyendo tomar cursos y seminarios de conocimientos turísticos, inglés conversacional, trato al turista, mejoramiento choferil cada tres años, entre otros con un costo aproximado de unos $1,850. 

Además, hay que cumplir con los requisitos de idoneidad, récord de antecedentes penales en conjunto con la certificación de que no estás en la lista de ofensores sexuales, récord choferil, certificaciones del Departamento de Hacienda de que rendiste tus planillas, y si no la rindes hay explicar por qué, y si tienes deuda tienes que hacer y cumplir con un plan de pago. De igual manera con Asume, CRIM y Seguro Choferil. También hay que tener la licencia de conducir categoría 4. Todos estos requisitos son solo para poder ejercer el oficio de taxista turístico, con los cuales yo he cumplido desde que se creó hace unos 20 años.

En los últimos meses, tras la llegada de Uber, nos han catalogado como delincuentes, pillos, abusadores, hasta terroristas y en la calle nos gritan improperios por causa de la campaña negativa contra los taxistas que dicha empresa ha difundido por las redes sociales.

Todo esto ocurre por la forma inadecuada en que esta entidad llega a Puerto Rico y por el gobierno violar sus propias leyes y reglamentos, creando situaciones de alto riesgo para todos los transportistas y sus usuarios. Hoy mis ingresos se han reducido en un 50% haciendo que el trabajo no sea rentable en esta maltrecha economía, luego de que esta administración nos aumentó los impuestos y el costo de vida.  Y para colmo, vemos cómo le mienten al país diciendo y celebrando que se rompió récord de llegada de pasajeros en los cruceros en días pasados.

En una emisora radial, la directora de Turismo (Ingrid Rivera) dijo que llegaran 24,000 pasajeros y por el otro lado escuchamos al secretario de Desarrollo Económico diciendo que son 38,000. ¿A quién le creemos? Les invito a que verifiquen los manifiestos de pasajeros para que vean la verdad. El turismo ha mermado por la situación económica que estamos atravesando en el mundo en los últimos años. Pero, en Puerto Rico nos hemos visto más afectados que otros destinos porque nuestro gobernador en vez de tomar las medidas positivas para atraer turistas se fue al Congreso de Estados Unidos a hacer una campaña de que en Puerto Rico teníamos una epidemia de zika, que estamos en una crisis humanitaria y que no va a pagar las deudas contraídas. Todo el mundo sabe las consecuencias que esto causó: millones de dólares en pérdidas y otros millones dejados de devengar por las cancelaciones de convenciones, eventos  deportivos y musicales. Para colmo, ofendió a los que cancelaron sus eventos por temor al contagio de zika. ¿De que estamos hablando? De un gobierno irresponsable, mentiroso y opresor que no respeta ni sus propias reglas.

Hoy siento indignación y vergüenza ajena por ver a las agencias reguladoras que han sido tan irresponsables al no ejercer sus deberes ministeriales y permitir que una empresa foránea imponga a quien quiere que lo regule contrario a ley, y que manipule las reglas a su favor y que el gobierno se lo permita. Las redes de transporte deben ser debidamente reguladas para salvaguardar la seguridad de todos los usuarios. De lo contrario, así no se vale. Esto, a todas luces, es competencia desleal.

Eusebio (Pedro) Ureña es taxista desde hace 26 años.