El cliente no siempre tiene la razón (Parte 2)
“Todo tiene su límite y los abusos no pueden permitirse nunca. Hace mal el patrono que, por no perder un cliente, aprueba barbaridades como esta, permitiendo que humillen a su gente”

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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Siempre que hay un periodo de ventas especiales nos encontramos en las redes sociales con algún vídeo donde clientes agraden verbal o físicamente a empleados.
Esta vez una señora, como si estuviera en una plaza pública, gritaba llena de ira a una empleada que tenía que salir de la tienda o del mostrador, presumiblemente para pelear con ella.
¡Qué mal rato! Me resulta imposible no identificarme con los trabajadores, quienes además de trabajar durísimo cobrando el mínimo, tienen que soportar insultos y faltas de respeto.
Peor aún, los que hemos trabajado en el “frente de batalla” como cajeras o meseras, se nos adiestra e instruye para aceptar que “el cliente siempre tiene la razón”.
O sea, que tenemos que tragar gordo y aguantar todo lo que venga.
Eso está mal. Todo tiene su límite y los abusos no pueden permitirse nunca. Hace mal el patrono que, por no perder un cliente, aprueba barbaridades como esta, permitiendo que humillen a su gente.
Los clientes van y vienen, pero un buen empleado, cuando su patrono lo defiende, valora y respeta, se convierte en un soldado de fila, velando por los mejores intereses del negocio.
Hay gente que abusa de la cortesía de quienes gentilmente le sirven, pensando que entre sus deberes y responsabilidades está dejarse insultar. Lo hacen de forma natural, como si no estuvieran haciendo nada malo. A esa gente hay que pararlas en seco y ser severos con ellos cuando algún empleado entable alguna denuncia por alteración a la paz o agresión.
Que sepan las “jaquetonas de las filas” que cualquier abuso tendrá consecuencias reales, de forma que los empleados, que en su mayoría son mujeres jóvenes, puedan ganarse la vida dignamente, tranquilas y en paz.
Hace un tiempo afirmé en una columna que “el cliente no siempre tiene la razón”, y hoy me reafirmo en lo dicho, aún con más fuerza.
La relación entre cliente y empleado tiene que ser una de respeto. La “razón” no se puede adjudicar a priori nunca, sino según los hechos y las circunstancias. Eso aplica a todo escenario social y no excluye el comercial. De lo contrario, se estaría promoviendo un ambiente que invita al abuso y a la violencia.
Cuando el cliente tiene la razón, la tiene. Pero si está equivocado, no se le puede permitir que se imponga a la mala. Eso sí, el empleado tiene que siempre mostrar una conducta decorosa y respetuosa, incluso cuando el cliente se muestre agresivo. Eso no incluye dejarse agredir o permitir que atenten contra su dignidad.
Si usted es un cliente agriao y problemático, quédese mejor en su casa haciendo compras on line, y no vaya a las tiendas por departamento a fastidiarle la vida a la gente buena que allí trabaja.
A los gerentes y dueños de negocios, mucho ojo con los clientes que se pasan de la raya; no desamparen a sus buenos empleados por complacer a quienes viven buscando bulla y problemas.
Posee un bachillerato en relaciones laborales de la UPR, Río Piedras y una maestría en administración de empresas de la Universidad del Turabo. Comenzó a destacarse a principios del 2000 como comediante y animadora de radio y televisión. Desarrolló una sólida carrera como presentadora en programas tales como "Pa' que te lo goces", "Anda pa'l cará" y "Dando candela". En el 2014, comenzó su propio programa de TV, "Alexandra de noche" y al presente conduce "Alexandra a las 12". En 2017 incursionó al teatro con su stand up comedy "La casi casi primera dama", reconocido como uno de los más exitosos de todos los tiempos al vender más de 50,000 boletos en sobre 50 funciones. Se ha destacado además, como productora de teatro. Alexandra está casada con el Dr. David Bernier, excandidato a la gobernación de Puerto Rico, y es madre de Adrián y Miranda.
Sin maquillaje
La actriz y presentadora comparte varias de sus experiencias como madre, comunicadora y promotora de la cultura.