A muchos nos sorprendió la reacción del reguetonero Arcángel ante la pérdida de su hermano menor, Justin Santos. Con una madurez y fortaleza enorme, le ofreció su perdón a quien manejando un automóvil de forma temeraria le arrebató la vida a su hermano de 21 años de edad. En un mensaje conmovedor por demás, el cantante expresó por sus redes sociales: “¿Que fue un acto irresponsable? Sí, ¿que se llevó una vida inocente? Sí… pero a la misma vez no fue de maldad… Quiero verla, quiero darle un abrazo porque yo sé que esa señora necesita un abrazo. Yo se lo voy a dar, señora, con el corazón. Con el mismo corazón que usted rompió sin querer”.

También le ofreció ayuda para atender el problema alcoholismo. “Es una persona que sufre de la misma enfermedad que sufría yo, porque el alcoholismo es una enfermedad”.

Sin dudas, Arcángel dio cátedra de lo que es manejar una situación difícil y dolorosa con humanismo. El perdón es una virtud que muchos promulgamos, pero que se nos hace muy difícil llevar a la práctica. Sobre todo cuando el dolor está fresco, se nos hace muy difícil encontrar espacio para el perdón. Por eso, cuando vemos la valentía de personas que logran vencer esos impulsos naturales y, en vez de reaccionar con rabia y maldiciones hacia quien acaba de lastimarlo, les ofrece un generoso perdón, nos toca quitarnos el sombrero.

Cuando uno enfrenta tragedias y momentos difíciles, demuestra de lo que realmente estás hecho. El dolor elimina los filtros y nos desnuda para dejar ver lo mejor o peor de nosotros. Este caballero, Austin Santos “Arcángel”, demostró estar hecho de una madera fina al practicar el perdón durante uno de los momentos más difíciles y dolorosos de su vida.

No conozco personalmente a Arcángel, pero sí su música y su proyección como artista. He notado en sus entrevistas que es una persona muy inteligente y articulada, además de parecer conducirse a base de unos “códigos” o valores que hacen que sus compañeros del género urbano le guarden mucho respeto. Lo he escuchado reconocer errores, darles crédito a otros, aconsejar de buena fe a los nuevos talentos y, ahora, en un momento doloroso, brinda testimonio con su ejemplo de la importancia del perdón.

No tengo que estar de acuerdo con él en todo para reconocer sus méritos como ser humano, especiamente en esta etapa de su vida. Es con los actos que se demuestran los valores y que a la vez educamos a otros. No estoy segura si ante una situación como esta, yo pudiera reaccionar de la misma forma en que lo hizo Arcángel, pero me encantaría que así fuera.

Estoy segura de que, al igual que pasó conmigo, muchos tienen que haber reflexionado sobre el perdón como principio de vida a base del ejemplo que Arcángel nos ofreció a todos. Vaya mi respeto y solidaridad para Arcángel y toda su familia. Dios les brinde mucha fortaleza para enfrentar tan difícil momento.