¡Qué barbaridad! ¿Cuánta maldad puede existir en el corazón de una persona para, por puro vicio, estar dispuesto a lanzar un pedazo de bloque o concreto para lastimar a una persona? Uno lee estas noticias y la rabia, el coraje y la frustración saltan de forma automática.

La víctima más reciente fue una joven de 21 años de nombre Michelle Rodríguez, quien viajaba junto a su pareja por el Expreso Baldorioty de Castro cuando fue alcanzada por un peñón que la golpeó en su rostro. Al momento de escribir esta columna la perjudicada se recuperaba de los traumas en el Centro Médico. ¿Qué puede tener una persona en su cabeza para hacer una barbaridad como esta? Aquí la víctima pudo y puede ser cualquiera, pues esas personas desalmadas andan sueltas por ahí, divirtiéndose mientras le hacen daño a la gente. Ese tipo de acción debe ser penalizada de la forma más severa.

No es la primera vez que alguien va conduciendo en paz, cuando le sorprenden con el impacto de un bloque sobre su automóvil, ocasionándole heridas graves.

En el año 2005, la relacionista Lidia Pérez fue víctima de un ataque similar cuando fue golpeada por un bloque lanzado por un adolescente desde un puente ubicado cerca de la Plaza de los Salseros. Sobre este incidente, la periodista Bárbara Figueroa, de Primera Hora, escribió lo siguiente: “El cantazo fue tan fuerte que desfiguró su rostro y trituró dos de los dedos de su mano izquierda, le tumbó algunos dientes y fracturó la muñeca y el húmero de su brazo derecho. Lidia está viva de milagro. El joven de 15 años que fue identificado como autor de la agresión cumplió un día de cárcel y siete años en probatoria. Lidia nunca supo más de él”.

Debe ser muy fuerte para Lidia recrear lo sucedido al enterarse de la noticia ocurrida en la Baldorioty este fin de semana. Sobre todo porque sabe que su victimario apenas cumplió tiempo en la cárcel. Además, las medidas que ella -como ciudadana responsable- ha estado impulsando para evitar que algo similar a su tragedia ocurriera, no se han implementado en su totalidad. Lidia ha sido una fuerte portavoz a favor de tomar medidas de seguridad para evitar estas acciones desde los puentes, como también ha estado disponible para ayudar a personas que viven situaciones similares. Sus esfuerzos permitieron crear la Ley 97 del 2012 para colocar mallas de seguridad sobre los puentes y así evitar tragedias.

Aunque se debió prevenir, espero que las autoridades puedan dar con los causantes de esta tragedia y poder encausarlos judicialmente. Esta vez la pena debe ser severa. Que no le quepa duda a nadie que este tipo de delito no será tolerado.

El derecho que todos tenemos a la seguridad y a la paz, no debe ser alterado para satisfacer el morbo de mentes retorcidas que encuentran deleite en el sufrimiento de otros. Sacar de las calles a estos delincuentes tiene que ser un tema de máxima prioridad, no sólo para las autoridades sino también para la ciudadanía quienes debemos colaborar, como ha demostrado estar dispuesta Lidia Pérez, a quien quiero públicamente agradecer por su activismo en favor de la seguridad de todos.

Pronta recuperación para Michelle Rodríguez. Que su mal rato no quede impune. Además de encausar a los responsables, se debe culminar el esfuerzo para garantizar la seguridad de todos los que transitamos por las vías públicas de nuestro país.