El sábado me “colé” en el tremendo bodón de mis amigos Javier “Cholo” Gómez y su hermosa esposa, Lorelli Navarro. ¡Qué bien la pasamos!

Luego de 16 años viviendo juntos y tres hijos productos de la relación, Cholo y Lorelli decidieron celebrar una boda formal presentándose ante Dios en una ceremonia oficializada por el pastor Héctor Delgado.

Igual hicimos David y yo, luego de 11 años de casados y frente a nuestros dos hijos, celebramos la ceremonia. Nunca es tarde y quienes estén en estas condiciones, y piensen darse la oportunidad de añadir ese paso a la relación, se lo recomiendo sin reservas.

Una de las orquestas que amenizó fue La Sonora Ponceña, dirigida por el gran Papo Lucca. Esta es una de mis favoritas. No me canso de escucharla y bailar con sus canciones. No importa dónde y cuándo toque La Sonora, su sonido siempre es impecable. El pasado sábado no fue la excepción. Tanto la música, como las voces se escucharon espectaculares y no era de extrañar que la pista siempre estuviera llena.

Al terminar de tocar, uno de los músicos pasó frente a la mesa nuestra y lo llamamos para felicitarlo por la interpretación. “¿Cómo es que La Sonora Ponceña siempre suena tan bien, sin importar dónde estén tocando?”, le preguntó una de las personas que nos acompañaba en la mesa. “Hay que ensayar siempre, aunque no se toque. Eso nos enseñó Don Quique Lucca”, nos dijo el talentoso músico, luego de agradecer con humildad nuestro cumplido y dejando -sin saberlo- una enseñanza enorme a todos los allí reunidos.

¡Cuánta razón tiene la palabra de Don Quique, en paz descanse! La preparación no tiene sustituto, tenemos que convertirla en un hábito. Lo peor que nos puede ocurrir es que surja una oportunidad y no estemos preparados. Entonces, lamentaremos no haber utilizado el tiempo disponible para hacerlo. Ensayar, estudiar, practicar, crear, afinar destrezas nunca es tiempo perdido. Es la mejor inversión que podemos hacer en nuestras vidas. Seremos siempre tan buenos como nuestra última presentación, pues es la carta para oportunidades futuras. Así que tenemos que asegurar que nuestro desempeño sea óptimo.

Como lo hizo La Sonora en la boda de Cholo, todos los que escuchamos su música salimos tan complacidos que estarán en la mente de quienes vayan a realizar una actividad y necesiten contratar una orquesta de salsa.

Para lucir mal, es mejor no tocar o no presentarte a hacer lo que sea que haces. Si por alguna razón el desempeño no va a estar a la altura de lo que la gente espera, es mejor no aceptar la encomienda hasta que te sientas preparado.

Por eso, la consigna de La Sonora es tan pertinente, pues quien vive “ensayando” siempre está preparado para cuando surgen las buenas oportunidades. Así que, cortesía de La Sonora Ponceña, incorporé una nueva consigna a mi vida.