La nena de mamá
“Ver su cara de preocupación y en ocasiones de molestia era el mejor disuasivo para no volver a llegar tarde”

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Han pasado 38 años y para ella sigo siendo su nena.
La misma chiquilla que la hacía rabiar por las mañanas porque no quería el peinado que me hacía para la escuela o se le antojaba algo diferente a lo que ella había preparado para el desayuno.
La misma pequeña a quien no le perdía “ni pie ni pisada” asegurándose siempre que nada me perturbara y estando siempre dispuesta a defenderme de las injusticias.
Nunca olvido la ocasión en la que se personó a la plaza pública de Cidra a defenderme de una estudiante que quería darme. Así lo ha hecho siempre, sin titubeos.
Cuando el peligro acechaba, ha estado dispuesta a entregarlo todo para cuidarme y protegerme.
Sigo siendo para ella la misma nena a quien enseñó a amar a Dios y agradecerle siempre todas las bendiciones.
Me enseñó a vivir en total apego a rígidos valores que incluyen el respeto a todos los seres humanos por igual.
Siempre respaldando mis inventos y pasiones, creado las condiciones para mi pleno desarrollo.
Nunca faltó su aplauso cuando la buscaba entre el público mientras declamaba, actuaba, imitaba a Cantinflas y echaba mis sueños a volar.
Siempre me decía que se ponía más nerviosa que yo, pero nunca lo demostraba, todo lo contrario, se proyectaba segura dándome confianza y arrojo.
Eso sí, era imposible que la gente no se enterara de quién era su nena, pues el orgullo se me salía por los poros y las emociones y la alegría la delataban.
Muchas veces me esperaba en el balcón cuando la noche se me hacía corta y pasaba los límites del permiso.
Ver su cara de preocupación y en ocasiones de molestia era el mejor disuasivo para no volver a llegar tarde.
Siempre cuidaba celosamente mi sueño, atendió mi fiebre y curó mis maldeamores.
Es mposible no recordar una muestra de amor tan generosa e intensa cuando se acerca el día que rinde homenaje a quienes somos madres.
Sobre todo porque el día de hoy, a mis 38 años, sigo y seguiré haciendo siempre su nena.
Posee un bachillerato en relaciones laborales de la UPR, Río Piedras y una maestría en administración de empresas de la Universidad del Turabo. Comenzó a destacarse a principios del 2000 como comediante y animadora de radio y televisión. Desarrolló una sólida carrera como presentadora en programas tales como "Pa' que te lo goces", "Anda pa'l cará" y "Dando candela". En el 2014, comenzó su propio programa de TV, "Alexandra de noche" y al presente conduce "Alexandra a las 12". En 2017 incursionó al teatro con su stand up comedy "La casi casi primera dama", reconocido como uno de los más exitosos de todos los tiempos al vender más de 50,000 boletos en sobre 50 funciones. Se ha destacado además, como productora de teatro. Alexandra está casada con el Dr. David Bernier, excandidato a la gobernación de Puerto Rico, y es madre de Adrián y Miranda.
Sin maquillaje
La actriz y presentadora comparte varias de sus experiencias como madre, comunicadora y promotora de la cultura.