El sábado pasado me tocó compartir tarima con El Gran Combo, como animadora, durante la celebración del centenario de AEELA; aunque siempre cuelo uno que otro numerito de La Misma.

Había sido un día largo de trabajo y comenzaba a quejarme de que me dolían los pies. ¡Me sentía “ejbaratá”! De pronto comienza a tocar El Gran Combo y el maestro Rafael Ithier, de 95 años, sale a dirigir su orquesta. La energía que me faltaba le sobraba a Rafael, contagiando a sus músicos y a todos los allí presente. No paraba de sonreír y de exigirle lo mejor a sus músicos. Me imagino que de la misma forma que lo hacía cuando la agrupación daba sus primeros pasos.

Don Rafael, quien fundó y dirige a El Gran Combo desde 1962, pudiera estar, en esta etapa de su vida, ejerciendo un rol puramente administrativo sin tener que estar en tarima, pero él ha optado por invertir cada minuto de su vida haciendo lo que le apasiona. Ha sido esto, sin duda, la verdadera fuente de la juventud. Esta fórmula de vida la comparten también otros grandes de la salsa como el maestro Willie Rosario, quien pasados los 90 años, sigue añadiendo páginas a su legado musical.

Ambos encarnan la frase que leí en algún sitio que no recuerdo, pero me pareció muy acertada: “La idea es morir joven lo más tarde posible”.

Mientras veía en tarima a don Rafael se me iban olvidando los dolores y el cansancio. Sin decir una palabra, don Rafael, además de alegrarnos la noche con buena música, nos daba a todos los allí presentes una lección de vida.

No se trata solo de tener larga vida, sino también de aprovecharla y disfrutarla. Aunque son muchos los factores que inciden, el abrazar una profesión que nos apasione es sin duda uno de los más importantes. Vamos a pasar mucho tiempo trabajando, es por lo tanto importante que no solo nos ganemos la vida de manera digna sino también que disfrutemos el proceso. Que nos levantemos todos los días pensando cómo podemos mejorar como profesionales. Que cuando tengamos un día malo, estemos deseosos de que llegue el otro día para poder reivindicarnos.

Es imposible lograr la excelencia y alcanzar el máximo de nuestro potencial si no hacemos algo que verdaderamente nos guste y apasione. Cuando hacemos lo que nos gusta el valor del tiempo aumenta, somos capaces de estar largas horas sin sentir fatiga. En el maestro Ithier se conjugan muchas otras cosas, pues además de pasión lleva una vida entera practicando una ética de trabajo y disciplina que le han permitido llegar a la cima y mantenerse, garantizando un lugar privilegiado en la historia de la música.

La noche del sábado fue una muy placentera y productiva. Además de que trabajé en lo que me gusta, disfruté de buena música y repasé importantes conceptos de vida con el maestro Ithier, quien debe ser marco de referencia para todos los que aspiren a una larga y feliz vida.