Llevaba tiempo poniendo en agenda ver el documental de Netflix “The Social Dilemma”, hasta que por fin pude verlo este pasado fin de semana. Como me habían anticipado quienes me lo recomendaron, el contenido me sacudió y apretó importantes botones de alerta. Dice Netflix del documental, que el mismo “explora el peligroso impacto de las redes sociales en los humanos, con expertos en tecnología alertando sobre los riesgos de su propia creación”. Los creadores utilizaron una adecuada combinación de drama y entrevistas que te cautivan como espectador y te llevan a aumentar el interés y preocupación sobre el tema.

Lo más que me sacudió del documental, fue la explicación sobre cómo la interacciones con las redes promueven y crean un sentido de adicción similar a cualquier otro tipo de estimulante. Además, su diseño permite predecir decisiones, controlando de esta forma a sus usuarios a la hora de decidir qué consumen o compran. Preocupa, de igual forma, la extrema vigilancia que estas plataformas tienen sobre sus usuarios. Sin dudas, es un tema urgente y necesario, una asignación pendiente para quienes aún no lo han visto y sobre todo, para aquellos que son padres en estos tiempos.

No podemos tapar el cielo con la mano, el problema está ahí y seguirá complicándose con el pasar del tiempo. Pensar que todo se soluciona simplemente eliminando las redes sociales de nuestras vidas no es real. Se han integrado tanto y tanto a nuestra sociedad, que ya son parte fundamental de la misma. El aislamiento social que por necesidad existencial ha provocado la pandemia, ha fortalecido las redes sociales de manera dramática, adelantando su proceso de penetración enormemente. Los pocos conocidos que en mi entorno no utilizaban redes sociales, no tuvieron otra alternativa que comenzar a usarlas durante la pandemia y ahora son asiduos consumidores de su contenido. Los números que se manejan en reportajes digitales sobre el tema hablan de que Facebook tiene más de 2,400 millones de usuarios activos, YouTube alcanzó los 2,000 millones y WhatsApp los 1,600.

Todo tiende a indicar que es un fenómeno irreversible. Siendo así, lo correcto es entenderlo como parte de nuestras vidas y protegernos. Para quienes trabajamos en los medios de comunicación, el riesgo es aún mayor, pues son parte integral de nuestro trabajo. Gran parte de las conversaciones de nuestros hijos y sus amigos, giran en torno a lo ocurrido en estas plataformas, por lo que privarlos de utilizarlas podría afectarles en esta nueva realidad social que incluye de forma protagónica a la tecnología y las redes sociales.

Lo que estamos obligados a hacer es a educarnos y a buscar alternativas de control. Establecer calendarios para disminuir el tiempo de consumo, controlar los accesos a contenido inapropiado, pero sobre todo, crearle conciencia a nuestros hijos sobre las consecuencias de utilizar irresponsablemente las redes sociales. No es una tarea fácil y es un asunto de todos los días, pero es un reto que tenemos que asumir. A nuestros padres les tocaron otros retos durante nuestra crianza y los superaron; a nosotros nos tocó este y tenemos que superarlo.

Quiero invitarlos a ver este documental, yo tardé demasiado desde que me lo recomendaron. Háganlo pronto, se darán cuenta que es un asunto serio que no podemos subestimar.