El mono de Santurce se ha convertido en todo un personaje. Los memes han inundado las redes sociales al convertirse en la fuente principal de inspiración y creatividad durante la pasada semana. Mi favorito fue la Mono-estrellada, donde presentan una bandera de Puerto Rico con el rostro del mono.

La gente hasta le ha cogido cariño al mono y pareciera aprobar todas sus “monerías”, incluyendo sus movidas para burlar las trampas colocadas por el personal del Departamento de Recursos Naturales. De pronto, todos somos expertos en atrapar monos y sobran las ideas de cómo deberían atraparlo. “La jaula es muy pequeña”, “La carnada está mal puesta”, he escuchado de todo un poco.

El asunto del mono se convirtió en tema principal en el país, y en el entretenimiento de muchos, quienes pasaron horas en los predios del lugar donde está el árbol del que el famoso mono se balanceaba.

En el libreto del stand-up “Sé lo tuyo”, que presento junto a Raymond Arrieta, nos vimos obligados a incluir al mono, y demás está decirles que se robó el show. Así somos los puertorriqueños. Le sacamos punta a una bola de billar. Lo mismo hicimos con el sargazo, con el chupacabras y otros. Esto nos facilita la vida a quienes vivimos de hacer comedia, pues escribimos sobre lo que vemos en la calle. Si la gente se entretiene con algo y lo convierte en parte de su conversación diaria, sabemos que incluirlo como parte de una rutina de comedia va a funcionar.

Todo asunto, por serio y formal que parezca, tiene potencial de convertirse en fuente de inspiración para el buen humor. Lo que se hace es que se exagera, se caricaturiza y se presenta de una manera artística. Como siempre, algunos se han expresado en contra del vacilón con el mono, por entender que es un asunto serio. Es importante señalar que expertos han indicado que hay que tener cuidado con el mono y evitar acercarse a él, pues pudiera portar enfermedades contagiosas. Estoy de acuerdo en que es un asunto de cuidado que debe manejarse por expertos, pero eso no significa que no podamos reírnos del tema. Tengo que incluirme entre las fanáticas del mono, realmente me he divertido muchísimo. Nada malo con eso.

Me encanta ese humor que nace de las vivencias diarias y que tiene como protagonista las ocurrencias de nuestra gente. Nadie como el boricua encuentra en las situaciones, buenas o malas, motivos para reír. No podemos ser “más papistas que el Papa”, el buen humor cabe en casi todo lo que hacemos y vivimos. Eso incluye, por supuesto, el que un simpático mono se les escape dos veces a expertos de Departamentos de Recursos Naturales.

Por otro lado, creo que ya el mono cumplió su cometido, debería dejarse atrapar, aunque eso implique tener que cambiar el libreto e incluir otras monerías para las funciones que nos quedan.