A mucha gente no le sorprendió cuando, ante el aumento en muertes y contagios por coronavirus, la gobernadora Wanda Vázquez anunció la implementación de una nueva orden ejecutiva, donde refuerza las restricciones. Las nuevas medidas entraron en vigor ayer y se extenderán hasta 7 de enero del 2021, lo que garantiza que pasaremos las navidades enteras con toque de queda desde la 9:00 p.m. hasta las cinco de la mañana. En el caso de los domingos, serán 24 horas de “lockdown”, excepto para los negocios exentos.

A todos nos gustaría que fuera diferente, pero el Gobierno no tenía alternativa. Haber permitido unas navidades normales con tan altos niveles de contagio, nos hubiera llevado a comenzar el 2021 con un posible colapso en el sistema de salud. Nos toca ceñirnos a lo establecido y hacer los ajustes para celebrar las temporada en cuarentena. Nuestras casas se convertirán en los espacios principales de fiesta y el compartir con nuestros círculos cerrados, nuestra gente más íntima, en la norma. Aunque con ajustes, la Navidad se puede y se debe celebrar. ¡Lo necesitamos! También debemos despedir el año, es una ceremonia de mucho simbolismo y esta vez se hace más necesario que nunca. Aunque sea encerrados en nuestras casas, tenemos que celebrar.

Yo me estoy preparando y planificando. Ya puse las bombillas y el árbol, me sentí muy bien al ver la casa iluminada. También ordené pasteles y los ingredientes necesarios para preparar los manjares navideños, yo misma en mi casa. También haré las visitas a mis familiares más cercanos, siempre con las debidas precauciones. A otros los llamaré o contactaré por Facetime o Zoom. No olvidemos que la Navidad es un periodo de mucha melancolía para algunos, por lo que esa llamadita resulta muy importante. La pandemia pudiera exacerbar esa melancolía, por lo que mantener comunicación con nuestra gente cercana se hace vital.

Coinciden estas navidades con un acontecimiento importante para el futuro de la humanidad, la vacunación para combatir el COVID-19. Me llena de esperanza que la ciencia está muy cerca de lograr frenar esta terrible pandemia, que ha cobrado tantas vidas en el mundo. Necesitamos que sea un proceso exitoso, por lo que todos debemos poner de nuestra parte.

Son muchos, entre los que me incluyo, quienes reclaman que el proceso de vacunación sea uno justo, donde se le dé prioridad a las personas que más lo necesitan, independiente de su capacidad económica. Los líderes del mundo tienen una gran oportunidad de demostrar que las crisis humanitarias, sobre todo las de salud, deben atenderse de manera solidaria y compasiva. Dejar atrás en el acceso a la vacuna a quienes menos tienen, sería trágico para la humanidad. La Navidad es un periodo que nos invita a reflexionar sobre esta realidad y lo que nos depara el futuro.

Durante esta navidades en cuarentena, reflexionemos sobre lo duro que fue el 2020 y pidamos con fervor cosas buenas para el que viene. Pero, agradezcamos también que, a pesar de las duras circunstancias, seguimos de pie y con posibilidades. Que se puede estar mejor, por supuesto, pero también peor, por eso hay que agradecer lo que se tiene y comprometernos a luchar por mejores cosas.

Bueno, acepto la cuarentena como algo necesario, confiada en que será para el bien de todos. A celebrar la Navidad dentro de las restricciones, con la alegría y buen espíritu que siempre nos caracteriza.

¡Muchas Felicidades!