Comenzó noviembre y con él los aires de Navidad. Estamos deseosos por celebrar y este año no dejaremos pasar ni un solo día. El espíritu navideño se siente con más fuerza que nunca, con ese toque especial que le damos los puertorriqueños.

Dos semanas atrás llegaron a mi casa dos bolsas de pasteles que le vendieron a David en la oficina; deben ser los primeros pasteles que le venden este año. También ya tengo gandules y una que otra botella de pitorro que he ido guardando. ¡Ya estoy ready! Me falta poner el arbolito, lo que estará ocurriendo en los próximos días, pues he decidido que estas serán las navidades más largas que haya celebrado en mi vida.

Noviembre siempre huele a Navidad, ya se escuchan los cuatros afinando y la música típica asomándose por ahí. Nuestros trovadores deben estar cuadrando sus rimas y pies forza’os. Me imagino que escribirán sobre de los carros “ejtartalaos”, Luma, el juanetazo y el sargazo, entre otros. Temas que provocan la creatividad y el buen humor de nuestros cantores, quienes siempre nos divierten con sus ocurrencias.

José Nogueras sacará su siempre esperado tema, al igual que Julio César, Los Villanueva y muchos otros entre los cuales escucharemos algo chévere de La Misma. Este año venimos con un tema simpático, para reír y pasarla bien. Nos toca poner nuestro granito al ambiente navideño. Me consta que hay mucha fiesta este año, pues La Misma tiene confirmados varios guisos por ahí.

Estas son las primeras navidades que celebramos, luego de que Puerto Rico alcanzará un nivel colectivo óptimo de vacunación, el más alto en todos los Estados Unidos. Esta es una conquista que vale la pena resaltar y distinguir. Es un ejemplo de que nuestro país es capaz de lograr cosas importante cuando se lo propone y empujamos juntos para el mismo lado. Aún sin bajar la guardia y continuando con el uso de mascarillas y otras medidas de protección, estas navidades nos acercaremos más a la normalidad que el año pasado.

Más importantes que la música, la comida y los arbolitos, es que con la Navidad llegue también el espíritu que siempre le acompaña y que despierta en nosotros esa actitud colectiva de fraternidad. Bueno, cada cual decide cuánto impacta esta época su ánimo y desde cuando. En mi caso, impacta muchísimo y comenzó a hacerlo desde ya.

Noviembre marca siempre mi punto de partida de la celebración navideña. Me ha tocado hacer un buen calendario para que no falte el tiempo con la familia, pues es una temporada de mucho trabajo.

En la medida que cada cual abraza el espíritu festivo lo antes posible, vamos creando un buen ambiente colectivo que nos beneficia a todos. Mi recomendación es que, desde ya, pongan las bombillas, el arbolito, la música de José Nogueras a todo volumen y comencemos desde noviembre a celebrar la Navidad.