Bailamos todos, o rompemos la vitrola. Ese viejo refrán, que yo escuchaba decir a mi mamá y que quiere decir que se debe tratar a todos de la misma manera, parece que recoge el sentir de los legisladores en estos días.

Resulta que ahora que se propone un aumento para los jueces, los legisladores quieren coger pon y aumentarse el salario también.

Bueno, primero aclaro que ellos no pueden legislar un aumento de salario para esta Asamblea Legislativa, de aprobarlo entraría en vigor en el próximo cuatrienio y hoy es incierto quiénes resultarán electos. Pero, sin duda, muchos de los que hoy ocupan escaños como senadores y representantes revalidarán y entonces les tocaría el beneficio.

En este cuatrienio el gobierno se ha visto obligado a aumentarle el sueldo a los empleados públicos.

Las empresas privadas han tenido que aumentar también el salario, aunque esto no tiene nada que ver con el salario mínimo que existe por ley. Esa fue una buena iniciativa, pero se quedó corta y el mercado laboral cambió. La gente ya no quiere trabajar por salarios bajos y las compañías se han visto obligadas a subir los sueldos. Y que bueno, porque el costo de la vida es cada vez más alto en muchas instancias por culpa del gobierno, por ejemplo: la energía eléctrica.

Pues resulta que los legisladores ahora también quieren lo suyo o, más bien, el presidente de la Cámara, Rafael “Tatito” Hernández, que parece que le ha cogido el gustito a los titulares y fue quien hizo el anuncio en estos días pasados.

Pocas cosas resultan más antipáticas que hablar de aumento de salario a los legisladores, cuando cuatrienio tras cuatrienio han sido incapaces de aprobar una reforma contributiva que, de verdad, le haga justicia al contribuyente.

De hecho, ahora mismo hay una propuesta de reforma contributiva, pero ¿qué sabemos de eso?… pues nada.

Sin embargo, habrá un caucus para discutir los salarios de los legisladores y hasta del Gobernador y los jefes de agencia.

Dicen que nadie quiere entrar al servicio público porque los salarios son bajos, que si queremos el mejor talento hay que pagarles más. Pues no siempre fue así.

Cuenta la historia de legisladores que trabajaban solo por el pago de una dieta, que no tenían salario y que trabajaban en otras profesiones y oficios, pues legislar para el país era un honor. La sesión legislativa era solo una vez al año y se trataban asuntos verdaderamente importantes. Pero con el tiempo la situación cambió y los legisladores cayeron en las garras de la corrupción. Entonces se pensó que era mejor idea que los senadores y representantes solo se dedicaran al trabajo legislativo, que fuesen legisladores “a tiempo completo” para que no tuvieran tentaciones ni conflictos de interés.

La historia nos demuestra que con eso no se detuvo la corrupción, por el contrario. Entonces se complicó todavía más, porque los legisladores caminaban por ahí como “jeques”. Les dieron carro, choferes, teléfonos celulares, ayudantes, escoltas, dietas y salario. Esos gastos caprichosos, para un país en quiebra, finalmente se terminaron. Y hace pocos años se decidió que se les permitiría a los legisladores ganar dinero por otros medios, o sea que otra vez pueden tener un trabajo adicional.

¿Será que eso tampoco les funciona y que necesitan todavía más? ¿Será que quieren volver a ser legisladores a tiempo completo?

Ya que a nuestro gobierno le encanta crear comisiones, “task force” y estudios, les recomiendo que evalúen cómo se compensa a los legisladores en otras partes del mundo y en Estados Unidos. Que observen cómo se comportan en otros lugares donde la gente tiene mejor calidad de vida, con sociedades más equitativas y prósperas… y después hablamos.