El crédito público, casi siempre, recae en quien recibe la luz directa.

Es ese que sale a escena en el teatro o el que aparece en la pantalla de los televisores. Para ellos los aplausos y el reconocimiento.

Sin embargo, debemos tener presente que para lograr crear un programa de 1 hora en la televisión o una obra de teatro hace falta largas horas de trabajo y de mucha gente, acostumbradas a trabajar tras las bambalinas.

Ese es el caso del muy querido fotoperiodista César “Sandy” Moreau Figueroa, quien falleció el pasado sábado, a los 86 años.

Un profesional de primer orden que dedicó su vida entera a capturar imágenes que le permitieran informar y transportar a los televidentes al lugar de los hechos.

Cámara en mano, salía corriendo para donde hiciera falta, a la hora que fuera, para cumplir con su deber. Arriesgar la vida durante huracanes, fuegos y sucesos violentos era parte de su trabajo.

Muchas veces son los primeros que llegan, incluso antes que las autoridades. Al final, todo este esfuerzo permite que otros se proyecten públicamente, pues ellos siempre permanecen tras las cámaras.

Igual pasa en el teatro con los regidores, tramoyistas, utilero, libretistas, técnicos y otros. Son los responsables de que todo ocurra, pero rara vez reciben su merecido crédito.

Debe saber la audiencia, todos los que acuden a teatro, cine o se sientan en el sofá de la sala a ver televisión, que la mayoría de quienes hacen posible que ustedes pasen un buen rato, no se ven en la pantalla, ni salen al escenario. Gracias a ellos, ustedes saben de nosotros.

Como Sandy, la mayoría de los trabajadores de las comunicaciones y el entretenimiento son profesionales de primer orden, dispuestos a dar el máximo y cumplir con su responsabilidad, sin esperar aplausos ni reconocimiento. Ponen todos su conocimiento y corazón al servicio de las producciones, sintiéndose satisfechos de lograr un producto final de excelencia. Su trabajo es intenso y pocas veces bien remunerado, pero su ánimo y entrega es incondicional, pues aman su trabajo.

A todos estos trabajadores, quiero agradecer, porque sin ellos nada de lo que hago sería posible.

Para Sandy Moreau Figueroa todos los honores y para su familia mis condolencias.

A todos los colegas fotoperiodistas de Sandy y a los muchos otros profesionales que tras bastidores sostienen con su esfuerzo, el complejo mundo de las comunicaciones, mi eterno agradecimiento.