Telemundo cumplió 65 años y decidió celebrarlo de una forma muy especial.

Se le rindió homenaje a una de las artistas más polifacéticas y queridas por nuestro pueblo, Dagmar. Humorista, cantante, animadora, sobresaliente en todas sus facetas y un ser humano excepcional. 

Fui de las que conocí primero a Dagmarita que a Dagmar en el muy recordado programa Teatrimundo con Titi Sandra Zaiter. 

Luego la escuché cantar “Pacto de amor” junto a Aldo Matta y disfruté de sus animaciones en Súper Sábado y junto a Carlos Esteban Fonseca en “Dame un Break”.

Con la misma intensidad que me hacía reír de niña, me provocaba un taco en la garganta presentando historias de interés humano en el famoso “Break de la Esperanza”.

Ahora que somos compañeras de trabajo y vecinas de estudio y horario, sigo admirándola igual. Es muy difícil lograr una trayectoria en la televisión con tanto éxito como Dagmar. Muy difícil.

Por eso fue para mi importante conocerla, y más aún tratar de aprender de ella.

Quien mejor la conoce en Telemundo es nuestro compañero Raymond Arrieta. Los cuentos que Raymond hace de Dagmar son para morirse de la risa.

Raymond comenta que una vez Dagmar fue a llevar a su hijo Faustino al primer día de clases. Con la emoción que invade a una madre ante la llegada de su hijo a kinder, Dagmar lo vistió, le preparó el mejor desayuno e iban camino cantando “Mi Escuelita”. Cuando llega a la escuela, solo estaba el policía que vigilaba el plantel. Dagmar lo saluda y le dice: “Wao, que temprano llegué”. Ahí el policía le explica que había llegado un día antes de que empezaran las clases. Ella espantada, pero muy segura se bajó del carro y le dijo al policía: Ábrame la escuela, por favor. Entonces bajó a Faustinito y le dijo que iban a ensayar la llegada del próximo día.

Como leen, Dagmar nunca ha dejado de ser quien es. Una mujer auténtica que vive tal como se proyecta ante las cámaras. La nobleza de su alma para nada riñe con su ímpetu y capacidad de lucha, a la hora de enfrentar los retos que la vida le pone de frente. Su batalla contra el cáncer ha sido ejemplo y estímulo para muchos. 

Dagmar es una mujer feliz, que celebra su éxito sin tener que resentir el de los demás. Por el contrario, estoy segura de que una de las fuentes primarias de bendiciones son sus buenos deseos para los demás.

Por eso felicito a Telemundo en su 65 aniversario, pero sobre todo por haber homenajeado la trayectoria de Dagmar, presentándola al País como emblema y referencias. 

Te quiero mucho Dagmar. Gracias por enseñarnos con el ejemplo.